Javier se convirtió en octubre del año pasado en el primer bebé que nacía en España con el objetivo de curar a su hermano enfermo. Cinco meses después, la sangre de su cordón umbilical ha permitido a Andrés, de siete años, superar la anemia congénita severa que padecía.
El pequeño Javier, que vio la luz en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, fue seleccionado genéticamente para no sufrir la misma enfermedad hereditaria de la que ha liberado a su hermano, cuya única alternativa terapéutica consistía en un transplante de médula ósea de alguien inmunológicamente compatible.
«Se trata del primer procedimiento de estas características realizado íntegramente en España y ha posibilitado la curación de este pequeño», señaló la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía en una nota. «Andrés ha superado la anemia congénita severa que sufría (beta-talasemia mayor) y mantiene actualmente unos niveles normales de hemoglobina sin necesidad de las transfusiones sanguíneas que hasta ahora le eran necesarias», añadió.
Vida normal
El niño se encuentra, desde el día 18 de febrero, en su domicilio y únicamente acude al centro hospitalario para revisiones semanales, tal y como dijo ayer la consejera de Salud, María Jesús Montero.
«El éxito de esta intervención ha posibilitado que Andrés pueda hacer vida normal, dejando atrás la patología que padece. El pequeño, hasta ahora, no había respondido a ninguno de los tratamientos a los que se había sometido con lo que la donación de la sangre del cordón umbilical de un hermano cien por cien compatible era su única opción», explicó la Consejería.
La aprobación en 2006 de la Ley de Reproducción Humana Asistida abrió paso al Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), técnica que permitió el nacimiento de Javier. Consiste en la realización de un análisis genético a preembriones obtenidos por técnicas de fecundación «in vitro» antes de ser transferidos al útero de la madre, lo que posibilita seleccionar aquellos libres de la carga genética asociada a determinadas enfermedades.