Tras la conmoción que ha causado en EE.UU. la muerte del ex presidente Ronald Reagan, tras una larga agonía causada por el mal de Alzheimer, 58 de los 100 miembros del Senado (43 demócratas, 14 republicanos y un senador independiente) han reclamado en una carta al presidente George W. Bush que suprima las limitaciones impuestas a las investigaciones con células madre embrionarias, que pueden llevar a un remedio contra la citada enfermedad. De esta forma, la mayoría del Senado se suma a una petición idéntica formulada en abril por 206 miembros de la Cámara de Representantes.
Los trastornos neurodegenerativos caracterizados por la muerte de células específicas, como el Alzheimer o el Parkinson, son potenciales objetivos de la llamada medicina regenerativa, la meta final de la investigación con células madre adultas y embrionarias. La estrategia de fondo es cosechar en laboratorio y luego trasplantar las células propias de los tejidos y órganos lesionados por graves enfermedades, como neuronas productoras de dopamina en el caso del mal de Parkinson, o islotes secretores de insulina en el caso de la diabetes más grave. Con excepción de algunas terapias experimentales en infartados con células madre adultas, los científicos todavía se hallan en fase de investigación en laboratorio, intentando diferenciar las células madre adultas y embrionarias en cardiomiocitos, hepatocitos y otras células características de tejidos y órganos adultos.
En agosto de 2001, el Gobierno de Bush limitó la investigación financiada con fondos públicos a 78 líneas de células madre, aisladas con anterioridad de embriones humanos en diversos países. La normativa aprobada no cerraba la puerta a la investigación y al mismo tiempo satisfacía al sector más conservador de la sociedad norteamericana, ya que no sería necesario destruir más embriones con cinco días de desarrollo para obtener esas células madre. Sin embargo, los senadores recuerdan en su carta que de esas 78 líneas celulares sólo 19 están disponibles para los científicos estadounidenses. Además, indican que prácticamente todas las líneas celulares que pueden utilizarse están contaminadas con células de ratón, necesarias para mantener vivas las células humanas en laboratorio, pero que anulan cualquier posibilidad futura de utilización terapéutica.