El melanoma se puede prevenir. Si se toman las medidas adecuadas, se podría reducir de forma considerable el riesgo de padecer este tipo de cáncer de piel. No obstante, el melanoma puede manifestarse como consecuencia de los hábitos de exposición solar sin la debida protección que tuvieron lugar hace más de diez años. Por eso, la mejor opción es combinar las medidas de prevención con la vigilancia de la piel para poder detectar a tiempo cualquier lesión sospechosa de ser maligna. En el siguiente artículo se explican los detalles.
Melanoma: señales de alarma
Los cánceres de piel se manifiestan de múltiples formas, por lo que si aparece cualquier tipo de lesión en la piel (manchas, costras, nódulos, úlceras) o se producen cambios en las ya existentes (crecimiento, variaciones de color o forma, sangrado, picor), es preciso acudir al dermatólogo.
Los melanomas presentan unas lesiones muy características, conocidas por la regla del A, B, C, D, E:
- A: Asimetría.
- B: Bordes irregulares.
- C: Color variado.
- D: Diámetro mayor de 6 mm.
- E: Evolución (cambio de aspecto).
Ante cualquier lesión que cuente con alguna de estas características, se debe consultar con el dermatólogo a la mayor brevedad.
El diagnóstico precoz es clave para la curación del cáncer. Algunos cánceres de piel crecen de forma muy rápida, por lo que su diagnóstico precoz es necesario para conseguir la curación. Gran parte de su prevención depende, por tanto, de los hábitos de protección frente a la luz solar en la infancia y adolescencia.
¿Cómo hacer una autoexploración de la piel?
Las alteraciones que se producen en la piel, debido a que es un órgano superficial, pueden ser detectadas con facilidad. La autoexploración de la piel es un método importante al diagnosticar lo antes posible un cáncer.
El objetivo de la autoexploración cutánea es que cada persona conozca las características de su piel, de manera que, ante cualquier cambio, acuda al médico para que realice el diagnóstico y el tratamiento adecuados. Los cambios pueden ser tanto la aparición de una nueva lesión (lunar, mancha, costra…) como variaciones de una ya existente (un lunar que cambia de forma, tamaño, color…).
El aspecto de las lesiones que pueden presentar los cánceres de piel es muy variado. En el caso de los carcinomas, destacan la aparición de manchas (en general rojizas) que pueden descamarse y sangrar, nódulos (elevaciones o prominencias redondeadas en la piel) y úlceras que no cicatrizan. En los melanomas las características que presentan las lesiones con mayor frecuencia vienen determinadas por la regla del A, B, C, D.
Técnica de autoexploración de la piel
La autoexploración cutánea consiste en visualizar toda la superficie corporal incluyendo el cuero cabelludo. Es recomendable realizarla cada tres meses y seguir siempre el mismo método para no olvidar ninguna zona del cuerpo. La habitación donde se realice debe estar bien iluminada y tener una temperatura que permita a la persona estar desnuda. También es necesario disponer de un espejo de cuerpo entero, uno de mano, una silla y un taburete.
- Frente al espejo visualice la parte anterior del tórax, abdomen, región pélvica y piernas, brazos y antebrazos, manos, espacios interdigitales y uñas. Inspeccione también la cara y cuello, parte posterior de los codos y antebrazos, axilas y debajo de las mamas.
- De espaldas al espejo de cuerpo entero y con la ayuda del espejo de mano, mire la parte posterior del cuerpo: cuello (sin olvidarse de las orejas), hombros, parte superior e inferior de la espalda, glúteos y piernas.
- Siéntese con los pies apoyados en un taburete y, con el espejo de mano, observe la zona genital y los laterales de las piernas hasta los tobillos. Continúe inspeccionando los pies (planta y dorso), dedos, espacios interdigitales y uñas.
- Como punto final de la exploración, examine el cuero cabelludo. Para ello, colóquese frente al espejo y ayúdese con un secador de pelo. Si algún familiar o amigo puede ayudar, facilitará la labor.
Ante el descubrimiento de cualquier lesión nueva, o el cambio de alguna lesión ya existente, se debe consultar con el dermatólogo. No hay que olvidar que la piel es una importante parte del organismo que se debe cuidar con esmero, no solo por estética sino también por salud.
Convivir con el sol es sencillo
Poner en práctica medidas de prevención al exponerse al sol es la mejor forma de proteger la salud de la piel:
- Adquirir el bronceado de forma lenta y progresiva.
- Utilizar siempre fotoprotectores (cremas, leches solares…).
- Usar gafas de sol, para evitar la aparición de cataratas.
- Emplear camiseta y gorro cuando se realicen actividades al aire libre.