Las múltiples variantes del virus del sida dependen en gran medida de los perfiles genéticos que predominan en la población de cada zona del planeta. Ésta es la conclusión de un estudio que se publicó este miércoles en la versión on line de la revista científica «Nature».
Los resultados de esta investigación, coordinada por Philip Goulder, de la Universidad de Oxford (Inglaterra), tienen consecuencias directas en el campo del diseño de vacunas contra el sida, ya que demuestran que hay que tener muy en cuenta el perfil genético de las diferentes regiones donde se vaya a vacunar.
Las diferencias genéticas de los diversos grupos de población «podrían condicionar que se necesiten desarrollar diferentes vacunas adaptadas a cada región», explica Christian Brander, coordinador en IrsiCaixa de un consorcio para la creación de vacunas terapéuticas y profilácticas contra el VIH. El estudio, subraya, evidencia que el desarrollo de la vacuna debe estar coordinado con estudios de genética humana, «que ayudarán a identificar diferencias pero también las características comunes en la genética de las poblaciones».
Respuesta inmunitaria
La infección por VIH induce fuertes respuestas inmunitarias en los individuos infectados por parte de las células del sistema inmune llamadas células T. Se piensa que son estas células las responsables del control parcial de la propagación del VIH y el desarrollo del sida. Pero se ha demostrado que la alta capacidad de mutar del virus genera una gran variabilidad, lo que facilita que alguna cepa del virus mutado pueda ser invisible al sistema inmune. La consecuencia de ello es que la cantidad de virus pueda crecer a una velocidad más alta en el individuo infectado y la progresión hacia el sida sea más rápida si éste no recibe tratamiento.
Para el desarrollo de la vacuna, estas cuestiones son claves, ya que hay que comprender qué partes del virus son atacadas por las células T del sistema inmune y qué partes pueden resistir a un ataque por mutaciones rápidas. Esto es esencial para diseñar vacunas que potencien la respuesta inmune dirigida a aquellas partes del VIH que nunca podrán resistir un ataque. Pero la respuesta inmunitaria contra el VIH es orquestada por un gran número de genes, conocidos como HLA (del inglés Human Leuckocyte Antigens). Y estos son diferentes entre individuos. Por lo tanto, la respuesta inmunitaria contra el VIH es diferente en cada persona, ya que se atacarán diferentes partes del virus.
Los genes HLA se heredan de los padres. Es por esto que poblaciones de zonas geográficas próximas tienen, en general, grupos de genes HLA comunes, que a menudo presentan diferencias muy significativas con poblaciones de otras zonas alejadas en el mundo. Como consecuencia, en función de las características genéticas de las poblaciones de las diferentes regiones del mundo, el virus del sida puede recibir respuestas inmunitarias diferentes y, por lo tanto, evolucionar de manera diferente.