El país europeo en el que menos se toma la píldora anticonceptiva es España, donde sólo el 18% de las mujeres en edad fértil la utiliza. Ésta es una de las conclusiones del IV Congreso de Ginecología y Obstetricia de Aragón, que se ha celebrado en Zaragoza y en el que más de 200 profesionales han debatido sobre este fármaco.
La píldora anticonceptiva se elaboró por primera vez en Estados Unidos en 1961. Desde entonces, «además de ser uno de los métodos más seguros y fiables, está entre los más estudiados y experimentados», apuntaron los organizadores del congreso en un comunicado. En este tiempo ha evolucionado para adaptarse a las necesidades y requerimientos de la mujer, por lo que «ya no es sólo un anticonceptivo», sino que contribuye a la regulación del ciclo menstrual, reduce su duración y cantidad, alivia el dolor y mantiene el bienestar físico y emocional de la mujer, señala la doctora Esther de la Viuda.
Un estudio realizado en Reino Unido sobre 46.000 mujeres durante casi 40 años asegura que su ingesta alarga la vida de éstas y aminora el riesgo de cáncer. «Muchos más estudios han constatado también que la píldora reduce el riesgo de cáncer de ovario hasta 30 años después de haberla tomado y lo mismo sucede con el de endometrio», mantiene el doctor José Vicente González.
A pesar de estos datos, en España sólo la toma una de cada cinco mujeres en estado fértil. «Otros métodos como el anillo vaginal o el parche anticonceptivo tampoco tienen alta aceptación. Si se suman a la píldora, se llega a un escaso 23%», indica el doctor González, para advertir de que «es un fármaco que no va ligado a la edad, sólo está unido a la necesidad, a que una mujer no desee quedarse embarazada».
Por lo que se refiere a los peligros, los médicos aseguran que son «escasos, los propios de cualquier fármaco». El efecto secundario más llamativo aparece al combinar píldora, edad avanzada y tabaco, y puede provocar trombos, que se asocian sobre todo al consumo de tabaco.