La tomografía por emisión de positrones o PET es una prueba diagnóstica cada vez más imprescindible en el diagnóstico del cáncer. Pese a ello, España cuenta aún con pocos equipos de estas características. Según un informe de la Sociedad Española de Medicina Nuclear, actualmente existen 39 equipos funcionando, de los cuales 28 están en manos privadas. A cada millón de españoles les correspondería un PET, pero sólo 11 están en hospitales públicos. El 72% pertenecen a la Sanidad privada.
La Comunidad Valenciana y Madrid son las que cuentan con el mayor número de equipos, seguidas de Cataluña o Andalucía. Prácticamente todas las autonomías tienen algún PET, aunque la distribución geográfica es desigual. Aragón, Baleares o País Vasco sólo tienen uno y ninguno pertenece a la Sanidad pública.
Antonio Cabrera, autor del informe del Grupo PET de la Sociedad Española de Medicina Nuclear, dice que para que existiera una cobertura adecuada «debería duplicarse el número de equipos actuales».
El PET se ha convertido en una prueba fundamental para detectar el cáncer. Permite ver alteraciones muy pequeñas, invisibles en el TAC (tomografía axial computerizada). Y valorar, con mayor fiabilidad, si se ha producido metástasis y el cáncer se ha extendido.
«Es una prueba clave en el diagnóstico y también en el tratamiento», explica Alfredo Carrato, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). «Si el PET detecta pequeños nódulos muy diseminados sabemos que hay que recurrir a la quimio o radioterapia antes de extirpar el tumor en el quirófano. Con estos equipos también podemos ver, de forma precoz, la respuesta del enfermo. Si en tres o cuatro semanas no disminuye el tamaño del tumor podemos cambiar a otra terapia más eficaz, sin perder un tiempo precioso», indica.
Un estudio de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, el organismo público que valora la eficacia de nuevos tratamientos, revela que el PET aporta información complementaria en el 92% de los casos y en el 39% detecta lesiones nuevas que muchas veces ni se sospechan con las técnicas convencionales.