La medicina anti-aging (programas de control científico del envejecimiento) tiene como finalidad controlar factores externos que aceleran el envejecimiento, como estrés, sol, tabaco, alcohol o mala alimentación, para ralentizar y atenuar «un proceso natural inevitable». Así lo explicó el director médico de Sotogrande Health Experience, Manuel J. Castillo Garzón, durante su intervención en el Congreso Fibell 2008, que se clausuró ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbao.
«Llama la atención que unas personas envejecen muy rápido y aparentan tener más edad de la que tienen, mientras que en otras parece que no pasa el tiempo por ellas y aparentan menos edad», apuntó el especialista. «Estas personas se encuentran bien física y mentalmente, se conservan mejor tanto de aspecto externo como en su funcionamiento interno», añadió Castillo. La sabiduría popular atribuye este don a los genes, «pero lo cierto es que sólo representan el 25% de la longevidad» y el resto se debe a causas externas, «lo que más de uno llama mala vida: estrés, tabaco, alcohol, contaminación, radiaciones solares, alimentación inadecuada», detalló el experto. «Los enemigos son múltiples y atacan donde más duele: la oxidación celular, principal causa del envejecimiento», agregó.
Sus efectos pueden ser reducidos gracias a la «medicina antienvejecimiento o anti-aging, a la que se apuntan cada vez más personas como fórmula para mejorar su calidad de vida y anticiparse a la aparición de posibles enfermedades degenerativas, como el Alzheimer o el cáncer», indicó Castillo. La ralentización o aceleración del envejecimiento «depende, en parte, de la propia constitución de la persona, pero, sobre todo, está ligado a una serie de factores externos sobre los que se puede influir, bien en sentido positivo (para envejecer menos) o en sentido negativo (para envejecer más)», explicó el especialista, que aseguró que «hoy día se han identificado esos factores y se dispone de medios para potenciar los efectos de unos y atenuar los de otros».
Envejecimiento biológico
La medicina antienvejecimiento es, «ante todo, una medicina preventiva que busca retrasar el proceso de envejecimiento biológico», apuntó. El director médico de Sotogrande Health Experience afirmó que «el resultado de estas acciones es un rejuvenecimiento que se siente, porque lo aprecia el sujeto que se somete a la actividad, y se ve, porque lo aprecian los demás». Este conjunto de medidas se concentran «en los programas de medicina anti-aging o de control científico de envejecimiento que comienzan con un estudio en profundidad del estado de salud y capacidad funcional, lo que permite saber de qué situación se parte».
Castillo destacó que la medicina anti-aging permite «adelantarse al futuro y reducir el riesgo de padecer dolencias como la arteriosclerosis o el infarto en función de la predisposición genética del individuo». Así, indicó que «si los marcadores de lípidos no se encuentran dentro de lo normal, el paciente es más propenso, por ejemplo, a sufrir en el futuro enfermedades degenerativas de tipo neuronal, como el Alzheimer».