Estrés postraumático en escenarios bélicos

Los malos tratos psicológicos a los prisioneros son considerados por los afectados igual de perjudiciales que los físicos, según científicos británicos
Por Malen Ruiz 11 de abril de 2007

La polémica creada por el trato de los detenidos en la prisión estadounidense de Guantánamo y en Irak y Afganistán ha llevado a los expertos a intentar conocer los efectos de las torturas psicológicas y compararlos con los de la tortura física. Científicos del Reino Unido, que han estudiado los casos de 279 supervivientes torturados durante la guerra de la antigua Yugoslavia, han demostrado que la tortura psicológica tiene los mismos efectos que la física. Los resultados se han publicado en la revista científica Archives of General Psychiatry.

ImgImagen: takomabibelot

Se consideran abusos psicológicos a un prisionero comportamientos como la manipulación psicológica, el trato humillante, la exposición a condiciones ambientales adversas, como el frío o el calor, así como obligarle a mantener posturas en tensión. El sufrimiento mental, manifestado en sensaciones de malestar y de falta de control, es muy semejante en estos cautivos al producido por la tortura física y da lugar en ambos casos a estrés traumático y a consecuencias psicológicas a largo plazo, explican los científicos, liderados por Metin Basoglu.

Estos procedimientos tienen que ser considerados como una forma de tortura y deben de ser prohibidos por la ley internacional, señala la revista Archives of General Psychiatry en un artículo editorial, en el que se hace eco de la preocupación que en la comunidad internacional de derechos humanos ha producido el intento de Estados Unidos de limitar la definición de tortura. «El estudio muestra que la gravedad de los efectos mentales adversos de larga duración no depende de que la tortura o el maltrato sea físico o psicológico ni con la medida objetiva de la severidad de las técnicas».

Tortura

La definición en la Convención contra la Tortura explica que ésta es «un grave dolor o sufrimiento, sea físico o mental» inflingido sobre una persona con un objetivo determinado por alguien con capacidad oficial. El Gobierno de EEUU ha intentado limitar la definición para excluir el dolor y sufrimiento mentales creados por diversos actos que no causan un grave dolor físico aunque puedan considerarse trato cruel, inhumano y degradante».

En la aparición del estrés traumático juega un papel importante la falta de control del sujeto sobre lo que le está pasando

Entre ellos estarían diversos procedimientos de interrogatorio y detención, como vendar los ojos, poner capuchas, mantener desnudo al prisionero, aislarle, obligarle a estar de pie, atarle con cuerdas, mantenerle en la oscuridad, e impedirle dormir, beber o comer. También se excluirían de la definición los procedimientos para debilitar su resistencia, como el trato humillante o provocarle miedo, terror o sensación de impotencia. Y todo ello con el argumento de que habría que probar que este trato causa un daño mental prolongado, como es el estrés postraumático.

Efecto traumático

Los científicos explican que existe un gran desconocimiento sobre tres factores importantes: la gravedad del sufrimiento mental asociado a factores estresantes durante la detención o cautividad; los mecanismos psicológicos por los cuales estos factores estresantes ejercen su impacto traumático y los efectos psicológicos a largo plazo. No obstante, los datos obtenidos del estudio permiten llegar a conclusiones claras. La conclusión más importante, aparte de la básica, es que en la aparición del estrés traumático juega un papel importante la falta de control del sujeto sobre lo que le está pasando.

Por eso, las manipulaciones psicológicas, los malos tratos en general y la tortura durante los interrogatorios comparten el mismo mecanismo psicológico que desemboca en un efecto traumático. Las tres clases de actos se dirigen a crear ansiedad o miedo en el detenido al tiempo que le privan de cualquier forma de control para provocar un estado de total impotencia. Aunque no haya daños físicos, el efecto es el mismo. De hecho, se ha comprobado que el 20% de los detenidos por la policía tiene una reacción de ansiedad desproporcionada debido a la incertidumbre y la falta de control, que en algunos casos desemboca en estrés postraumático.

En su comentario, la revista recuerda que, aunque la tortura es ilegal, la practican más de la mitad de los países del mundo y afirma que «aunque la tortura se aplica a un individuo, está dirigida a la sociedad. Como el terrorismo, es un factor destructivo de las sociedades civiles». A menudo está dirigida a «objetivos políticos, periodistas, intelectuales, sindicalistas y voces con autoridad moral, con el objetivo de consolidar el poder del gobierno», añade.

SUPERVIVIENTES

ImgImagen: Miguel Ugalde

En el estudio básico, realizado sobre 1.358 supervivientes de la guerra de la antigua Yugoslavia, se tomaron medidas para que hubiera representantes de cinco grupos representativos: los veteranos de guerra, los supervivientes de tortura, los refugiados, los desplazados y los supervivientes del bombardeo de Belgrado por la OTAN y para que existiera un número suficiente de casos de estrés postraumático.

El estudio sobre la tortura se centró en 279 supervivientes (102 de Belgrado, 58 de Rijeka, 52 de Sarajevo y 67 de Banja Luka). De ellos 241 eran hombres (el 86,4%). El tiempo medio transcurrido desde que sufrieron tortura los estudiados era de 96 meses. De los 279 individuos estudiados 49 tenían estrés postraumático asociado a vivencias distintas de la tortura. Del resto, 128 sufrían estrés postraumático asociado a una depresión grave y los restantes sufrían al menos un trastorno de ansiedad o estrés postraumático, en diversos grados de gravedad.

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