Estrógenos: qué son, para qué sirven y cómo varía su producción en la vida de la mujer

Es la principal hormona sexual femenina y se encarga del paso de niña a mujer —crecimiento de las mamas, del vello púbico e inicio de la menstruación—. Los hombres también la tienen, aunque en mucha menor cantidad que en las mujeres.

Su función es regular el ciclo menstrual, preparar el útero para la fecundación y mantener los embarazos, pero también ayuda a fortalecer los huesos de las mujeres y de los hombres.

Los diferentes tipos de estrógeno (estradiol, estrona y estriol) son segregados en los ovarios, el cuerpo lúteo de la placenta (cuando hay embarazo), en el hígado, en el córtex adrenal (glándulas suprarrenales), en el tejido adiposo (grasa) y en el cerebro.

Los niveles de estrógeno marcan la vida fértil de una mujer. Comienzan a subir cuando aparece la primera menstruación y se van incrementando durante todo el periodo en el que la mujer va madurando sexualmente hasta alcanzar su pico máximo, que coincide con la década de los 20, la época más fértil de la mujer.

En este periodo, los niveles de estrógenos están al máximo, pero aproximadamente a los 35 años los niveles comienzan a decaer y, con ello, la fertilidad de la mujer, hasta llegar a la perimenopausia-menopausia (que puede ocurrir entre los 45 -55 años), cuando siguen cayendo más acusadamente hasta que lo hacen de forma drástica en la posmenopausia.

Las regiones del cerebro y sus funciones proporcionan un mapa de los circuitos neuronales regulados por el estrógeno. Esto puede explicar la variedad de síntomas que pueden surgir durante la perimenopausia.

• 1. Corteza prefrontal. Función ejecutiva y expresión de la personalidad.
• 2. Prosencéfalo basal. Aprendizaje y memoria.
• 3. Amígdala. Emoción y motivación.
• 4. Hipotálamo. Regulación de temperatura, sueño, energía, equilibrio e ingesta de alimentos.
• 5. Tálamo. Integración sensorial.
• 6. Hipocampo. Procesamiento de información y memoria a corto plazo.
• 7. Núcleos del Rafe. Aquí se sintetiza y fluye la serotonina. Afecto y estado de ánimo.
• 8. Locus cerúleo. Atención, excitación y ansiedad.
• 9. Cingular posterior. Red de modo predeterminado, memoria de trabajo y preparación de tareas.

El estradiol (forma de estrógeno) y la progesterona son las hormonas femeninas que presentan niveles bajos durante la infancia y que aumentan a partir de la pubertad. En la perimenopausia, los niveles de estradiol suben y bajan de forma drástica, lo que se relaciona con síntomas como sofocos, irritabilidad y pérdida de la libido.

Cada mujer es un mundo, y no todas ellas experimentan estas fases en las que se produce el cese de su actividad reproductiva. Algunas pasan de la premenopausia a la menopausia sin experimentar los síntomas. Pero, generalmente, estas son las etapas.

Periodo que comienza de cuatro a cinco años antes de la retirada de la regla. Marca el final de los años reproductivos de una mujer. La edad media de aparición se sitúa a partir de los 45. Puede haber más o menos reglas irregulares y las fluctuaciones hormonales (subidas y bajadas de los niveles de estrógeno) ocasionan síntomas como los sofocos y sudoraciones, trastornos del sueño, irritabilidad, depresión y sequedad vaginal.

En el argot médico es el día de la última menstruación, aunque se diagnostica 12 meses después de su desaparición. En esta fase los niveles de estrógenos continúan bajando. La edad media se sitúa en los 51 años.

El periodo que transcurre tras esos 12 meses sin regla. Son años en los que los estrógenos caen de manera drástica y que dura hasta la tercera edad (65 años). Durante estos primeros años aún se pueden presentar síntomas, pero son más tratables e irán estabilizándose y desapareciendo.