La diabetes, que afecta a 177 millones de personas en todo el mundo, amenaza al corazón, pero también a la vista. Puede incluso provocar ceguera, advirtieron los expertos con motivo del Día Mundial contra la Diabetes, celebrado ayer jueves.
Las enfermedades de los ojos que afectan a los diabéticos «pueden ser tratadas, e incluso prevenidas», afirmó el profesor George Alberti, presidente de la Federación Internacional de la Diabetes (FID), que organiza este día con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que este año se ha consagrado a los peligros que representa la diabetes para la vista.
Según datos de la FID, actualmente más de 2,5 millones de personas en el mundo sufren de pérdida de vista debido a una retinopatía diabética, un trastorno de los vasos que irrigan la retina, favorecido por el exceso de azúcar en la sangre y la hipertensión.
«Cerca de una persona de cada cinco aquejada de diabetes de tipo 2 sufre ya lesiones de retina en fase avanzada cuando la diabetes es detectada», señaló la FID.
La diabetes de tipo 2 es la forma de la enfermedad más extendida, un 90% de los casos. Su expansión mundial ha sido acelerada por la obesidad y la falta de ejercicio físico. La cirugía con láser permite tratar la mayoría de las enfermedades oculares debidas a la diabetes, aseguró la Federación.
Exceso de azúcar
La diabetes, que se caracteriza por un exceso crónico de azúcar en la sangre, acarrea también un aumento del riesgo de infarto, de crisis de apoplejía, accidente vascular cerebral, de muerte súbita, de amputaciones y de trastornos renales.
El mantenimiento de la glicemia, el azúcar en la sangre, a una tasa lo más cercana posible a la normal y el control de la tensión arterial, unido a un modo de vida sano, pueden permitir una disminución de los riesgos de la enfermedad de hasta un 76%, según la FID. Al mismo tiempo, se reducen también los riesgos de enfermedades renales.
Si no se realiza un esfuerzo masivo de prevención, el mundo podría contar 300 millones de diabéticos de aquí a 2025, estima la OMS, que evalúa en cuatro millones por año el número de muertes atribuibles a la diabetes.