Expertos en sueño reunidos ayer en el hospital de Txagorritxu de Vitoria coincidieron en que el único ejercicio recomendable para ser practicado al acostarse es el sexo porque, después de los orgasmos, el cerebro genera sustancias que facilitan el descanso. «La cama no se ha hecho para ver la televisión, leer libros, escuchar música o hablar de trabajo», explicó el responsable de la Unidad del Sueño del hospital de Txagorritxu de Vitoria, Joaquín Durán.
El centro sanitario de la capital alavesa acogió ayer un curso sobre trastornos respiratorios durante el sueño, en el que se abordaron los últimos avances y tratamientos de la especialidad. La jornada centró su interés en la llamada apnea del sueño, un problema muy extendido, provocado por la obstrucción de las vías respiratorias. Los músculos de la garganta se taponan de tal modo que impiden que el aire entre o salga por la nariz y la boca. Como consecuencia, la persona que duerme se despierta y el sueño se rompe. Un 25% de la población sufre este problema, aunque sólo representa una complicación grave para el 4% de los ciudadanos. Las dificultades para dormir alcanzan, sin embargo, a más del 40% de las personas.
Hábitos saludables
«Uno nunca resuelve nada en la cama. Quien pretenda llevarse problemas laborales o conyugales a ella se equivoca», explicó el especialista Joaquín Durán, miembro del comité científico del simposio. Según argumentó, cuando uno va a dormir el cerebro «desconecta los circuitos» que facilitan el pensamiento y la actividad intelectual. «Sabe que lo que toca ahora son otras actividades», como restaurar el sistema inmunitario y la memoria, y recuperar el organismo del desgaste propiciado por la actividad diaria. «Por eso, cuando nos despertamos, nos damos cuenta de que los problemas no eran tan grandes como creíamos de noche».
Realizar actividades inadecuadas al acostarse favorece la aparición insomnio y ansiedad. «Las dificultades se hacen más grandes durante la noche porque estamos pidiendo a un circuito del cerebro que funcione a un enorme rendimiento que no nos va a dar».
La adquisición de hábitos saludables resulta fundamental para evitar la aparición de complicaciones como la apnea. Cenar tarde y acostarse seguido, ir a la cama sin haber hecho la digestión o hacer ejercicio justo antes de meterse en ella resultan del todo inadecuados. Impiden conciliar el sueño y propician un mal descanso.
La mayor parte de las complicaciones del sueño están relacionadas con el insomnio y la apnea. El hospital de Txagorritxu está considerado como uno de los centros de referencia de España en el tratamiento de las complicaciones respiratorias nocturnas.
«Con cada asfixia -detalló Durán-, el sujeto puede dejar de respirar durante más de un minuto». En los casos más leves, las apneas se producen a un intervalo de 3 ó 4 a la hora. En los más severos, se contabilizan hasta 60 interrupciones. La ventilación insuficiente dificulta la llegada de oxígeno al organismo y propicia la aparición de hipertensión arterial y problemas cardiovasculares.