Entrevista

«La fotoprotección no es el uso de una crema, sino una forma saludable de exponerse al sol»

Ángeles Flórez, dermatóloga y jefa de servicio de Dermatología en el Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP)
Por Inma Garrido 22 de junio de 2020
Angeles Florez dermatologa

Cada año se diagnostican alrededor de 150.000 casos de cáncer de piel y las muertes llegan a alcanzar la cifra de los 600, según datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Esta incidencia podría, según los expertos, reducirse en un 80 % con unos hábitos saludables desde la infancia. De entre todos los cánceres cutáneos, el melanoma es uno de los más frecuentes. De hecho, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que en 2020 se diagnosticarán unos 1.000 casos más de melanoma que en 2019. La dermatóloga y jefa de servicio de Dermatología en el Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra, Ángeles Flórez, es la coordinadora nacional de la Campaña Euromelanoma 2020, una iniciativa de la Fundación Piel Sana de la AEDV. Con ella hablamos de cómo protegernos del sol en la “nueva normalidad” que estrenamos y que coincide con el inicio del verano, una época en la que estamos más expuestos a la radiación ultravioleta. “Si se realizan ahora exposiciones intensas, el riesgo de quemaduras puede ser mayor que otros años”, advierte.

¿El escudo natural de la piel se ha debilitado tras semanas de confinamiento?

Realmente no se ha debilitado. Lo que no ha existido es una adaptación progresiva a la exposición solar. Si se realizan ahora exposiciones intensas, el riesgo de quemaduras puede ser mayor que otros años.

¿Cuáles son las principales normas de fotoprotección frente a la radiación solar?

Básicamente, el sentido común. La fotoprotección no es el uso de una crema, sino una forma saludable de exponerse al sol. Las exposiciones deben ser lentamente progresivas, evitar que la piel se enrojezca, evitar exponerse a la luz del sol en las horas centrales del día (entre las 12:00 y las 17:00 horas) y extremar las medidas de fotoprotección cuando uno se expone en superficies que hacen efecto espejo como la arena, el agua o la nieve. Otras medidas habituales serían usar un sombrero de ala ancha que tape correctamente las orejas y la parte posterior del cuello y unas gafas de sol adecuadas para proteger los párpados y los ojos. En cuanto a la ropa, es importante recordar que los colores oscuros protegen más y que el filtrado solar está muy condicionado por el tipo de tejido. Además, se deben emplear los filtros protectores en la parte de la piel que se exponga a la luz para protegerla frente a los rayos ultravioletas B (UVB) y A (UVA). No estamos hablando de no exponernos. Se pueden hacer actividades al aire libre, deporte, etc., pero de forma saludable.

¿Empiezan a recibir ahora lesiones con un tamaño superior al que veían antes de la pandemia?

Algunas publicaciones al respecto consideran que sí, pero creo que es pronto para sacar conclusiones porque estas semanas la actividad asistencial ha sido diferente. Probablemente lo veremos a medio plazo. Ahora ya tenemos citas presenciales, pero durante el aislamiento hemos implementado la consulta telefónica con los pacientes crónicos y hemos seguido con la teleconsulta que ya practicábamos antes de que se iniciara la pandemia. Se ha modificado la forma de relacionarse con los pacientes y puede ocurrir que haya retrasos diagnósticos, pero habrá que esperar para ver si esto se traduce en datos de salud o no.

¿Han detectado irritaciones extrañas?

Sí ha habido algunas consultas relacionadas. Se han consultado lesiones tipo sabañones en adultos jóvenes y población pediátrica que ahora se vinculan con el SARS-CoV-2. Además, la necesidad de extremar las medidas de aseo en las manos y el uso generalizado de geles hidroalcohólicos han incrementado de forma muy importante las dermatosis en las manos, fundamentalmente dermatitis irritativas.

Volviendo a la exposición solar, ¿la incidencia del cáncer de piel podría reducirse un 80 % con unos hábitos saludables?

Básicamente hay dos tipos de cáncer de piel que pueden relacionarse con la exposición solar: el melanoma y el cáncer de piel no melanoma, que es ahora mismo el más frecuente en las poblaciones de piel blanca. Lo que pretendemos es trabajar en dos líneas. Una, la prevención primaria: evitar quemarse y exponerse de manera inadecuada a la luz del sol para disminuir la aparición de lesiones nuevas. Y la segunda, la detección precoz de las lesiones que ya se han formado. Los dos factores ayudarán a que la mortalidad disminuya: la prevención conseguirá que haya menos lesiones y la detección precoz salvará más vidas. El diagnóstico precoz se correlaciona, prácticamente en todos los tipos, con buenos resultados.

¿Es curable en la mayoría de los casos?

Si se diagnostica de manera precoz, sí. El tratamiento principal tras la detección es la cirugía, es decir, la extirpación. En los casos más agresivos hay que plantearse tratamientos diferentes, radioterapia o tratamientos sistémicos como la inmunoterapia, la quimioterapia o las terapias dirigidas.

¿La autoexploración es fundamental?

Es fundamental y es uno de los pilares en los que se basa la campaña Euromelanoma de este año, que recomienda usar el ciclo lunar para recordar que se debe, cada mes, explorar la piel para ver si hay lesiones nuevas que cambian rápidamente.

¿Los lunares suelen cambiar de tamaño de tamaño?

Cambian de tamaño de forma fisiológica dentro de su proceso de maduración, pero eso no significa que el lunar vaya a ser malo. De todos modos, el cambio de tamaño puede ser un signo de malignidad, especialmente cuando es rápido; por eso debemos estar atentos a los cambios de tamaño en los lunares.

¿La nutrición saludable es esencial para mantener bien el estado de la piel?

Por supuesto. Los déficits nutricionales en pacientes que tienen problemas de malabsorción o relacionados con la ingesta pueden ocasionar lesiones a nivel cutáneo. La nutrición equilibrada es siempre recomendable. Pero, en general, los problemas cutáneos en nuestra población no son en sí mismos debidos a una dieta incorrecta. La patología dermatológica más frecuente en nuestro medio son las enfermedades inflamatorias, como la psoriasis y el eczema, y el cáncer cutáneo en las poblaciones de piel blanca: el melanoma, es decir los “lunares malos” que pueden tener un comportamiento muy agresivo y la otra variante, el cáncer cutáneo no melanoma, fundamentalmente carcinomas basocelulares y espinocelulares que se relacionan con una exposición solar acumulada e inadecuada. Pero hay otras muchas patologías, pues la dermatología es una de las especialidades más amplias. Están todas las enfermedades autoinmunes, las enfermedades del pelo y de las uñas, el acné etc.

¿Recomienda utilizar fotoprotectores orales, los complementos alimenticios que incluyen antioxidantes, bioflavonoides, vitamina C, vitamina E, minerales, etc.?

En el momento actual la protección oral no sustituye, en ningún caso, a las medidas de fotoprotección que mencioné antes. Sí puede ser en algunos casos, y en función de los compuestos que contenga, una alternativa para modificar la respuesta de la piel a la luz, lo cual puede ayudar a disminuir el riesgo de quemadura solar y a atenuar lesiones en pacientes con enfermedades fotoinducidas.

¿Hay que protegerse del sol todo el año?

Depende de lo que se haga en el día a día. Sí puede ser necesario protegerse de la luz solar en el otoño-invierno en determinadas circunstancias o en el caso de personas con ciertas patologías. No es lo mismo estar todo el día en un quirófano que ser un transportista expuesto a la luz continuamente. La fotoprotección va encaminada a evitar las quemaduras, disminuir la dosis acumulada a lo largo de la vida y es fundamental en primavera y verano en todas las actividades de riesgo, no solamente en la playa y en la piscina. Este es un concepto a evitar, porque mucha gente identifica la exposición solar con la playa en agosto.

¿Qué tipo de productos son los más recomendables?

Los que protejan frente a UVB y UVA, cumplan la normativa vigente y tengan un buen efecto cosmético en la piel del paciente, lo que favorecerá su uso; esto depende tanto de la edad del paciente como de la parte del cuerpo en que lo vayamos a aplicar. En principio, para población sana deberían tener un SPF de al menos 30. Hay que recordar que el fotoprotector hay que aplicarlo de manera periódica, ya que todos se van retirando con la sudoración o el contacto con el agua. Y la idea no es utilizar el fotoprotector para estar expuestos muchas horas a la luz del sol, sino de manera saludable.

¿Cuándo hay que usarlos en verano y cada cuánto tiempo hay que volverlo a utilizar?

La media es unas dos horas. Pero hay que leer bien el prospecto que explica el tiempo que se mantiene esa capacidad de filtrado, sobre todo si hay contacto con agua.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo: la genética, el tipo de piel o la exposición solar?

Ambos factores son fundamentales. La genética y el tipo de piel vienen a ser lo mismo; el tipo de piel depende de la genética. La genética es clave, solo la conocemos parcialmente y no la podemos cambiar. Pero sí podemos cambiar la forma en la que nos exponemos a la luz solar.

¿En qué nos afecta a la piel la sobreexposición a la luz azul de las pantallas? ¿Ha incrementado la pigmentación cutánea?

Los efectos biológicos de la luz azul sobre la piel humana son un tema de moda. Hay publicaciones científicas estudiando su papel en los mecanismos de estrés oxidativo, lo que apoyaría su importancia en el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de manchas. De todos modos, no debemos olvidar que el sol también emite luz azul y que probablemente las dosis de exposición sean algo a tener en cuenta.

Campaña Euromelanoma 2020

Euromelanoma es una campaña paneuropea cuya función principal consiste en promover actividades de prevención primaria y secundaria en cáncer de piel. Fomenta la investigación y la educación sanitaria y hasta incluye unas jornadas de cribado presencial “que este año no se van a celebrar debido a la pandemia”, lamenta la dermatóloga Ángeles Flórez como coordinadora nacional de esta campaña. En esta ocasión, se ha lanzado una iniciativa en redes sociales, Cuentos Lunares, con la que se pretende que toda la población, pacientes, dermatólogos y demás colaboradores escriban un poema o un microrrelato vinculado a la piel y lo cuelguen en Twitter u otras redes, como Instagram. Los mejores se editarán en papel y en digital en otoño. El concurso  arrancó el 14 de junio y está abierto hasta el 31 de agosto.

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