Por qué es malo frotarse los ojos
El ojo es un órgano delicado y sensible que se puede dañar con facilidad, incluso con gestos cotidianos que parecen inofensivos, como frotarlo o rascarse por encima del párpado. Si bien frotarse los ojos proporciona alivio inmediato ante el picor, por ejemplo, debemos saber que esta acción puede provocar diversos problemas. Los siguientes son los más importantes:
👁️ Conjuntivitis u otras infecciones
Las infecciones oculares son una de las consecuencias más habituales de frotarse los ojos. La razón está en nuestras manos, que normalmente albergan gérmenes por el contacto con diversas superficies.
Como aprendimos durante la pandemia de covid-19, lavarse las manos es una medida muy eficaz para prevenir infecciones, incluidas las que afectan a los ojos, como la queratitis o la conjuntivitis. Por eso, cuando vayamos a tocarnos los ojos y las zonas cercanas (por ejemplo, cuando nos maquillamos o nos quitamos el maquillaje), es muy importante lavarnos las manos primero.
👁️ Lesiones en la córnea
Muchas veces tenemos la precaución de tocarnos los ojos con delicadeza y suavidad. Pero esto no evita los riesgos de hacernos daño en la superficie del ojo y la córnea. ¿Por qué? Porque cuando nos rascamos o frotamos es debido normalmente a que nos ha entrado un cuerpo extraño, como polvo, arena, un insecto, alguna pelusa de los árboles o una pestaña. Al frotarnos los ojos por encima del párpado, estos elementos que están en contacto directo con el ojo pueden raspar su superficie y dañarlo.
👁️ Derrames oculares
Esta es una de las consecuencias más comunes cuando nos frotamos los ojos. Al tocarnos, es fácil romper alguno de los capilares que riegan el tejido ocular. «Esto provoca un enrojecimiento de la parte blanca del ojo y, además, puede llegar a producir un derrame ocular que aparecerá como una mancha roja en el ojo», explica el oftalmólogo Fernando Llovet, de la Clínica Baviera.
👁️ Deformación de la córnea
Cuando nos frotamos los ojos con mucha frecuencia o intensidad podemos provocar lesiones más graves, como la deformación de la córnea o queratocono. El queratocono se produce cuando la córnea se adelgaza y sobresale como un cono.
Este cambio de forma, progresivo, hace que los rayos de luz se desenfoquen y, en consecuencia, que tengamos más sensibilidad a las fuentes de luz y que nuestra visión sea más borrosa. Según la Academia Americana de Oftalmología (AAO), en las etapas más avanzadas del queratocono aumenta también el astigmatismo y la miopía. Por tanto, sí: frotarse los ojos con frecuencia puede provocar astigmatismo.
Qué hacer para aliviar las molestias en los ojos
El picor en los ojos se debe, con frecuencia, a las alergias. Los cuadros alérgicos oculares son causados por la exposición directa de la mucosa ocular a los alérgenos ambientales (polen, pastos, caspa animal, polvo de habitación, etc.) que se disuelven en la lágrima y penetran la conjuntiva.
Una primera medida es consultar con nuestro oftalmólogo para averiguar si tenemos alergia ocular y que, en ese caso, nos prescriba un tratamiento adecuado. Los antihistamínicos tópicos (en gotas) pueden ayudarnos a corregir la raíz del problema, en lugar de seguir rascándonos para aliviar los síntomas.
Otras veces, las molestias se producen por el frío, el uso excesivo de pantallas o la sequedad ocular (el síndrome del ojo seco es un problema muy común, que aumentó durante la pandemia por el uso de mascarillas). Para estos casos, los profesionales recomiendan parpadear con frecuencia y utilizar las lágrimas artificiales, que son muy útiles. Y, por supuesto, consultar con nuestro farmacéutico y nuestro médico para despejar todas las dudas.