¿Qué es la luz azul?
La luz azul abarca un espectro de luz visible con longitudes de onda que se sitúan entre 380 y 495 nanómetros. Estas longitudes de onda son más cortas y tienen una mayor energía en comparación con otros colores de luz visible, como el rojo o el verde. El espectro de la luz azul incluye tonos que van desde el azul-violeta hasta el azul-verde.
La fuente primaria de luz azul es el sol, que emite aproximadamente el 30 % de su radiación en este rango durante entre las 9 de la mañana y las 8 de la noche. Además, recibimos luz azul de fuentes artificiales, como las lámparas fluorescentes, las lámparas LED y las pantallas de dispositivos digitales, como ordenadores, tabletas y teléfonos móviles.
Los tres engaños de las lentes de filtro azul
Supuestamente, las gafas con «filtro de luz azul» o «bloqueadoras de luz azul» tienen la capacidad de bloquear la radiación ultravioleta y ciertas porciones de la luz visible de longitud de onda corta, evitando que alcancen el ojo. Las lentes potencian el rendimiento visual durante el uso de dispositivos digitales, protegen la retina y contribuyen a una mejor calidad del sueño.
Conchi Lillo, licenciada en Biología y doctora en Neurociencias e investigadora de patologías visuales de la Universidad de Salamanca (USAL), desmonta estos tres argumentos.
❌ La luz azul no causa fatiga visual
El uso excesivo de pantallas provoca “fatiga ocular”, también conocida como “síndrome del informático”, que se traduce en enrojecimiento, escozor y picor del ojo, sequedad ocular (o lo contrario, lagrimeo constante), dolor de cabeza, etc. “Se debe a que cuando miramos una pantalla parpadeamos menos (de forma inconsciente), miramos fijamente un punto concreto durante mucho tiempo o desde un ángulo inadecuado, nos exponemos al excesivo brillo de estos dispositivos, etc.”, explica la neurocientífica.
Para combatir la fatiga ocular, Lillo se muestra contraria a los filtros que bloqueen la luz azul. “Sabemos que no son eficaces”, recalca.
A cambio, recomienda “parpadear frecuentemente y tomarse descansos siguiendo la regla del 20/20/20. Es decir, cada 20 minutos tomarse 20 segundos de descanso y mirar (y tratar de enfocar) un objeto a 20 pies de distancia (6 metros). Si es mirando por una ventana y con luz, mejor: se sospecha que uno de los posibles culpables del desarrollo de la miopía es la falta de luz”, comenta la experta.
❌ La luz azul no desencadena enfermedades oculares
A la luz azul también se le acusa de representar un riesgo potencial para la retina del ojo, pudiendo contribuir a la degeneración macular. “A día de hoy, no hay evidencia de que la exposición a la luz azul afecte a la salud del ojo humano. La mayoría de los artículos científicos que relacionan la luz azul con la predisposición al desarrollo de problemas visuales están hechos en moscas o células en cultivo, que nada tienen que ver con el ojo en cámara humano”, apunta Lillo.
❌ La luz azul no provoca insomnio
Tampoco hay pruebas fehacientes de que la exposición de la luz azul altere nuestro ritmo circadiano y provoque insomnio. “Usando filtros durante el día la información que recibe el cerebro es confusa. Por una parte, los estímulos externos le dicen a nuestro reloj biológico que todavía hay que estar despiertos. Pero al eliminar por completo la información de la luz azul, el ciclo de la melatonina se activa como si estuviéramos dormidos. Y eso sí puede trastocar nuestro ritmo circadiano. Además, eliminar la información de la luz azul sin necesitarlo empobrece nuestra visión”, cuenta la doctora.
“Si alguien anda preocupado por la calidad de su sueño, lo mejor que puede hacer es dejar a un lado el móvil, la tableta o el ordenador un tiempo antes de dormir. La luz azul no tiene la culpa de nuestro insomnio”, concluye Lillo.
Filtros de luz azul: sin respaldo científico
A pesar de la falta de utilidad de los filtros azules, muchas empresas siguen alertando sobre sus posibles riesgos con claros intereses comerciales. La Sociedad Española de Oftalmología (SEO) ya señaló en 2017 que «la evidencia científica actual no respalda la idea de que la luz azul sea perjudicial para el ojo ni que los filtros azules sean beneficiosos para prevenir daños oculares debido a esta radiación luminosa».
Por su parte, la Fundación Estadounidense de Degeneración Macular afirma que “no hay suficientes pruebas que respalden el uso diario de lentes con filtro de luz azul para dispositivos electrónicos”.
A estas declaraciones se suma una reciente revisión científica de 17 estudios diferentes elaborada por la Universidad de Melbourne y publicada en la biblioteca médica Cochrane. El artículo, titulado ‘Lentes oftálmicas con filtro de luz azul para el rendimiento visual, el sueño y la salud macular en adultos’, concluye que el uso de gafas que filtran la luz azul no son recomendables, puesto que sus supuestos beneficios no pueden ser demostrados.
“El uso de lentes con filtro de luz azul para reducir la fatiga visual asociada con el uso del ordenador podría no tener ventajas a corto plazo. Tampoco está claro si estas gafas afectan a la calidad de la visión o del sueño”, apunta Laura Downie, profesora de optometría en la universidad australiana y autora de la revisión científica.