Los ginecólogos y la Agencia Española del Medicamento (AEM), dependiente del Ministerio de Sanidad, no consideran necesario que las mujeres deban interrumpir la Terapia Hormonal Sustitutoria (THS) para combatir los efectos de la menopausia.
La recomendación llega después de que la revista The Journal of the Asociation American Association (JAMA) publicara los resultados de un estudio en que se comprueba que las mujeres que tomaban estrógenos artificiales presentaban al cabo de cinco años un ligero riesgo de padecer cáncer de mama invasivo e infarto. Las autoridades sanitarias españolas subrayan que el tratamiento hormonal a corto plazo de los síntomas del climaterio conllevan un «beneficio probado». Con todo, en Estados Unidos más de 16.000 mujeres estadounidenses postmenopáusicas y sanas han recibido la recomendación de que suspendan la toma de estos fármacos. La conclusión es que la terapia hormonal no es recomendable para prevenir la enfermedad cardiovascular, algo de lo que ya se tenía constancia. A tenor de las nuevas evidencias aportadas por los investigadores, no debe cundir la alarma, según destacan varios expertos y la Agencia Española del Medicamento.
Los estrógenos, que se recetan para compensar la pérdida de hormonas que se produce con la menopausia, no son el bálsamo de Fierabrás ni encierran la fórmula de la eterna juventud. El tratamiento hormonal se utiliza en España sobre todo para aliviar los síntomas de la menopausia, como sofocos, sequedad vaginal y sudoración nocturna. El ensayo clínico, conocido como Iniciativa por la Salud de las Mujeres, se concibió para analizar las consecuencias de la terapia hormonal a largo plazo, especialmente en lo tocante a la prevención de la enfermedad cardiovascular. El ensayo, con una muestra de gran magnitud (16.600 mujeres), confirma lo que «infinitos estudios ya habían advertido», señala el jefe de Servicio de Ginecología del hospital madrileño de La Paz, el catedrático Juan Ordás, quien califica el ensayo de «muy serio».
Ordás aduce que, si se analizan los pros y los contras, es conveniente que las mujeres de 45 años tomen estrógenos porque «mejoran su calidad de vida y su actividad psíquica, intelectual y sexual». En cambio, en términos generales, no es recomendable que a una mujer mayor de 55 años se le prescriba el tratamiento hormonal, máxime si presenta riesgos de padecer cáncer de mama o accidentes cardiovasculares.
Para Ordás, hay que tener en cuenta que el estudio analiza la combinación de estrógenos y progestina artificiales, mientras que en España se usan hormonas naturales. En Estados Unidos se prescriben ante todo los llamados estrógenos combinados equinos, que se obtienen de la orina de las yeguas preñadas.
Además, en España la prevalencia del cáncer de mama es inferior que en EE UU. Una de cada 16 españolas desarrolla un tumor de este tipo por una de cada 8 mujeres estadounidenses. Por añadidura, sólo un 5%-6% de las mujeres menopáusicas españolas recibe THS, cifra muy lejana al 30% que se registra en Alemania. Finalmente, en España se prefieren los parches transdérmicos a los medicamentos orales.