Una sustancia llamada «enoxacina» inhibe el crecimiento del cáncer mediante su acción en la parte del ADN que no codifica proteínas. Los autores de este hallazgo, publicado en la revista «Proceedings of the National Academy of Science», pertenecen al Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), en Barcelona.
Este trabajo demuestra que la molécula que recibe este nombre, utilizada en compuestos antibacterianos, se une a la proteína que construye los microARN para estimular la actividad inhibidora del crecimiento del tumor. La eficacia de la «enoxacina» se ha demostrado tanto en células de laboratorio como en modelos experimentales de animales, señaló el investigador Manel Esteller. Ahora debe probarse en humanos, indicó el Idibell en un comunicado.
El descubrimiento abre la puerta al diseño de nuevos fármacos que tengan como diana terapéutica los microARN y muestra a la industria farmacéutica «una nueva dirección hacia dónde dirigir sus esfuerzos», precisó Esteller. En concreto, la sustancia identificada actúa sobre el 95% del «ADN oscuro», que no codifica proteínas y cuya función es en gran parte desconocida. Sólo un 5% del ADN del genoma codifica proteínas, como la queratina de la piel o la hemoglobina de la sangre.
Una parte del «ADN oscuro» es el encargado de producir las moléculas microARN, que a su vez se dedican a la activación de los genes, y los científicos han comprobado cómo la «enoxacina» se alía con estos microARN para inhibir el crecimiento de los tumores.