¿Qué es la vulvovaginitis?
La vulvovaginitis es la inflamación de la mucosa vaginal y de la piel vulvar, aunque no siempre ambas zonas están afectadas al mismo tiempo. A veces, la inflamación vulvar o vaginal no lo causa una infección, sino que puede ser irritativa o alérgica.
Las causas de la vulvovaginitis se atribuyen principalmente a cambios en la microbiota vaginal, el conjunto de microorganismos que habitan de manera natural y sin causar daño en esta zona. La composición de la microbiota vaginal varía según la edad y el estado hormonal de la mujer.
Síntomas de alarma
Las infecciones vulvovaginales pueden presentar diversos síntomas y signos según el tipo de infección. Los más comunes son:
- Signos: enrojecimiento, hinchazón inflamatoria de la piel y mucosas, incremento de la secreción vaginal, a veces maloliente, con color y características que varían según el agente causante.
- Síntomas: picor, ardor, dolor (vulvodinia) y aumento de la secreción vaginal.
Tipos de vulvovaganitis
Las infecciones vulvovaginales más comunes son la vulvovaginitis candidiásica (VVC) y la vaginosis bacteriana (VB).
- La vulvovaginitis candidiásica (VVC) está causada por diferentes especies de hongos, principalmente Candida. Esta infección suele ser consecuencia de condiciones fisiológicas alteradas que reducen la inmunidad local. Constituye la más predominante en Europa.
- La vaginosis bacteriana (VB), más común en EE. UU., es una infección motivada por un desequilibro de la microbiota vaginal y el incremento de diversas bacterias. A menudo no supone síntomas, pero en algunos casos puede presentar un aumento en la secreción vaginal, que es más acuosa y maloliente.
🔹 Vulvovaginitis candidiásica
Aproximadamente, el 25 % de las vulvovaginitis infecciosas son causadas por la candidiasis (VVC). Esta infección es muy común en mujeres adultas, con una mayor incidencia entre los 20 y 40 años.
Se estima que, a los 25 años, la mitad de las mujeres habrá tenido al menos una vulvovaginitis candidiásica y que, entre las premenopáusicas, el 75 % habrá sufrido al menos un episodio de esta infección, mientras que el 45 % habrá experimentado dos o más episodios. Además, la SEGO apunta que el 5 % de las mujeres con vulvovaginitis candidiásica desarrollará una infección recurrente y que el 5-8 % de todas las mujeres adultas presentará esta patología repetitivamente.
Existen diversos factores desencadenantes de la VVC:
- Diabetes mellitus mal controlada.
- Uso de antibióticos de amplio espectro (como tetraciclinas, ampicilina y cefalosporinas), que provoca un desequilibrio en la microbiota vaginal.
- Niveles elevados de estrógenos, debido al uso de anticonceptivos, el embarazo y la terapia estrogénica.
- Enfermedades inmunodepresoras, como VIH o lupus sistémico, entre otras.
Para detectar la VVC, es crucial realizar una exploración y pruebas complementarias que confirmen los síntomas, ya que una de las causas frecuentes del fracaso terapéutico es un diagnóstico erróneo. Esta infección responde bien a tratamientos tópicos de corta duración con derivados imidazólicos, poliénicos o piridinona.
🔴 Vulvovaginitis candidiásicas recidivante
En los casos de vulvovaginitis candidiásica recidivantes (recurrente o que reaparece tras un periodo de curación), se aconseja reforzar el tratamiento. Esto se debe a que, en un porcentaje considerable de casos, los fármacos con azoles no logran eliminar por completo la presencia del hongo en la vagina, permitiendo su desarrollo cuando las condiciones ambientales vuelven a ser favorables.
Asimismo, se recomienda prolongar la terapia oral a 14 días y considerar un tratamiento de mantenimiento durante 6 a 12 meses. Como alternativa terapéutica para pacientes con alto riesgo de recurrencias se sugiere la prescripción de Lactobacillus por vía vaginal.
🔹 Vaginosis bacteriana
La vaginosis bacteriana (VB) afecta al 8-30 % de las mujeres sexualmente activas en países occidentales. Si bien no es considerada una infección de transmisión sexual (ITS), aumenta con el número de parejas sexuales o por haber tenido un compañero sexual nuevo en el mes previo. Es una patología más común en mujeres de raza negra, fumadoras y que usan duchas vaginales o productos de higiene intravaginal.
Los tratamientos para la VB solo se deben aplicar en casos en los que exista sintomatología. Pueden administrarse antisépticos y desinfectantes, como povidona yodada, peróxido de hidrógeno o clorhexidina, aunque la evidencia disponible sobre el efecto en la VB es limitada.
Una alternativa son los antibióticos, que resultan más efectivos, aunque la SEGO recomienda un uso racional de estos medicamentos para frenar el aumento de resistencia antimicrobiana, en línea con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, sugiere considerar opciones como el ácido láctico o los probióticos con el objetivo de no abusar de los antibióticos.
🔴 Recaídas de vaginosis bacteriana
La tasa de recaídas de la vaginosis bacteriana es alta. Hasta el 30 % de las mujeres diagnosticadas tienen una segunda infección en los primeros tres meses, y hasta el 50 % en el primer año. La SEGO recomienda repetir el tratamiento en estos casos y valorar terapias repetidas intermitentes a largo plazo para suprimir el crecimiento anormal de las bacterias en mujeres con recaídas frecuentes documentadas.
🔹 Vulvovaginitis por Trichomonas vaginalis y vulvovaginitis no infecciosa
La guía de la SEGO también trata dos tipos de vulvovaginitis: la causada por Trichomonas vaginalis y la no infecciosa.
- Causada por Trichomonas vaginalis. Poco común en países occidentales, la mayoría de las pacientes infectadas no presentan síntomas. Sin embargo, es habitual en niñas y mujeres que han sufrido abusos sexuales: representan hasta un 6 % de todas las infecciones vulvovaginales en este grupo.
- La vulvovaginitis no infecciosa más común es la atrófica, causada por la disminución de estrógenos. Esto suele ocurrir durante la peri y posmenopausia, pero también puede manifestarse en otras situaciones, como el puerperio y la lactancia, la quimioterapia o el uso de ciertos medicamentos durante la época fértil. Los síntomas incluyen escozor, dolor perineal y aumento de la secreción vaginal. El tratamiento implica evitar los agentes irritantes, medidas para aliviar los síntomas y, a veces, el uso de corticoides tópicos.