A pesar de los grandes avances de la medicina, la apendicitis es un problema de actuación inmediata en los servicios de urgencias de los centros hospitalarios. El diagnóstico preoperatorio de la apendicitis aguda conlleva un importante porcentaje de errores; algunos se caracterizan por sus intervenciones innecesarias y otros por la atención tardía, cuando ya se han registrado los primeros síntomas de peritonitis (inflamación del peritoneo, membrana que recubre parte de la cavidad abdominal y sus vísceras). Además de esta dificultad al discernir el diagnóstico, los expertos apuntan a la contaminación atmosférica como un nuevo factor de riesgo en su desarrollo.
Imagen: SarahMcD ?
Su diagnóstico no siempre es fácil; se calcula que de todos los pacientes que se someten a una intervención con la sospecha de apendicitis, en un 15% de los casos no se llega a confirmar. Los errores son más frecuentes en las personas jóvenes, sobre todo, en mujeres en edad fértil. El desarrollo de un nuevo método diagnóstico evitaría el quirófano de manera innecesaria al aumentar la fiabilidad del diagnóstico.
Novedad: un test de orina
Investigadores del Hospital Pediátrico de Boston han desarrollado un nuevo procedimiento basado en el análisis de una muestra de orina. Es una técnica rápida y fácil. El trabajo, publicado en la revista «Annals of Emergency Medicine», estudió a 67 niños. Los niveles en orina de una determinada proteína fueron mayores en los pequeños con apendicitis, respecto a los niños sanos.
De momento, este método ha probado su eficacia sólo en la población infantil
La proteína, conocida como LRG (leucine-rich alpha-2-glycoprotein), es una glicoproteína, es decir, está unida a un azúcar que tiene muchos residuos leucina en su cadena de aminoácidos. El aumento de la LRG se relacionó con la inflamación en el apéndice, de forma que sus niveles se elevaban de manera proporcional al grado de hinchazón. Este hallazgo significaría un enorme paso adelante en el diagnóstico de la apendicitis mediante un sencillo test al alcance de cualquier centro sanitario.
A menudo, es necesaria una exploración ecográfica o un escáner para confirmar la inflamación apendicular. Algunas de estas técnicas no están disponibles en todos los centros sanitarios, de forma que en muchos casos se retarda el diagnóstico. Según Richard Bachur, jefe de urgencias del Hospital Pediátrico de Boston, otro de los inconvenientes de los métodos tradicionales es el uso de radiaciones que pueden incrementar el riesgo de desarrollar cáncer.
Dejar de exponer a los niños a estas radiaciones gracias al nuevo método diagnóstico abre un abanico de posibilidades. Los autores apuntan que el uso de estos biomarcadores para el diagnóstico de patologías no siempre funciona para toda la población y puede variar su eficacia en función de la edad del paciente. Por este motivo, aún es necesario complementarlos con el uso de otros medios clínicos para garantizar la fiabilidad del diagnóstico. De momento, este método ha probado su eficacia sólo en la población infantil.
Contaminación y apendicitis
La contaminación atmosférica podría ser un factor de riesgo para la apendicitis, según demuestra un estudio llevado a cabo por las Universidades de Calgary y Toronto, en Canadá. Parece ser que los niveles crecientes de contaminación de los últimos años han ido asociados a un aumento en el número de casos de apendicitis en adultos, de forma específica, en la población masculina. Así lo expone una investigación publicada en la revista médica «Canadian Medical Association Journal».
Para el estudio, se analizaron más de 5.000 pacientes que durante los últimos diez años acudieron al Hospital de Calgary por apendicitis. También se midieron las diversas concentraciones de tóxicos en el aire, como el ozono, el monóxido de carbono, el dióxido de nitrógeno y otras partículas en suspensión. Los datos se obtuvieron gracias a varias sondas del Programa Nacional de Vigilancia del Ambiente en Canadá.
Los expertos confirmaron un ligero incremento del número de ingresos en los meses más calurosos. Este aumento se podría atribuir al hecho de que en esta época las personas pasan más tiempo fuera de sus casas y, por lo tanto, están más expuestas a la contaminación exterior. Por otro lado, se ha constatado que los casos de apendicitis aumentaron durante el siglo XIX, mientras que a mitad del siglo XX y a finales disminuyeron, en paralelo a la legislación para la mejora de la calidad del aire, si bien el número de casos de apendicitis aumenta en los países que se industrializan de manera progresiva.
La teoría más aceptada que explicaría la relación entre contaminación y apendicitis es la de una supuesta obstrucción de la entrada del apéndice debido a respuestas inflamatorias, aunque todavía son necesarios más estudios que confirmen esta hipótesis. La prevalencia de casos de casos de apendicitis entre los hombres podría tener relación con el trabajo ya que, en el modelo tradicional, lo realizan en el exterior con más frecuencia que las mujeres. En palabras de Gilaad Kaplan, director del citado estudio y profesor en la Universidad de Calgary, “es la primera vez que se describe una relación entre el aire que respiramos y la incidencia de la apendicitis”. Sin embargo, todavía no se conoce bien el mecanismo de acción, de modo que son necesarios análisis posteriores para determinar este vínculo.