El amianto es un agente cancerígeno que provoca la mitad de las muertes por cáncer profesional. Aunque en España está prohibido su uso desde 2002, cada año mueren más de 200 personas por mesotelioma pleural asociado al amianto. En fechas recientes, una investigación apuntaba que la mayoría de fallecimientos por un cáncer pleural (mesotelioma) atribuible a la exposición de amianto no están reconocidos como tales por el Instituto de la Seguridad Social. Este artículo detalla las conclusiones de este estudio y también describe qué es el amianto, dónde se encuentra y qué enfermedades provoca su exposición.
En nuestro país, a pesar de que la utilización de amianto, o asbesto, está prohibida desde el año 2002, todavía provoca efectos nocivos, aunque no todos son reconocidos como tales. Así lo sugiere un estudio español publicado hace poco en International Journal of Occupational and Environmental Health que advierte que, en nuestro país, hay un infra-registro en los cánceres provocados por este material, del que entre 1906 y 2002 se importaron en más de 2,5 millones de toneladas.
Cáncer por amianto poco reconocido
El 93,6% de los hombres y el 96,6% de las mujeres que fallecieron entre 2007 y 2011 en España por un tipo de cáncer pleural (mesotelioma pleural), atribuible a la exposición laboral al amianto, no han sido admitidos por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). De todos los casos, solo han sido reconocidos el 6,4% en hombres y el 4,4% en mujeres. Esta es una de las conclusiones del estudio realizado por investigadores de la Universidad de Granada y del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, quienes añaden que, además, la tasa de infra-registro de los fallecidos por cáncer de bronquio y pulmón atribuibles a la exposición laboral al amianto es de un 98,8%.
Se estima que se dan miles de muertes cada año asociadas a la exposición doméstica, aunque en estos casos es difícil establecer la relación causa-efecto
La investigación «Asbestos-related occupational cancers compensated under the Spanish National Insurance System, 1978-2011» ha puesto en evidencia el poco reconocimiento de esta enfermedad provocada por la exposición del amianto, lo que deja a las víctimas en una situación de vulnerabilidad. Cada año más de 200 personas mueren por mesotelioma pleural asociado al amianto, y a esta cifra hay que añadir los fallecidos por otros cánceres provocados por la inhalación de este mineral.
Para este trabajo, los autores analizaron todos los casos de cáncer relacionados con el amianto, reconocidos por el INSS como enfermedades profesionales en España entre 1978 y 2011. Pudieron comprobar que solo se habían reconocido 164 cánceres de este tipo, con una tasa media anual del 0,08 por 100.000 empleados, lo que supone un número muy bajo si se compara con otros países de la Unión Europea como Noruega (7,32 casos reconocidos por cada 100.000 empleados).
El amianto carcinógeno
A pesar de su prohibición hace más de una década, todavía se puede encontrar amianto en algunas edificaciones. Su uso estuvo muy extendido por su resistencia a la tracción, como aislante térmico por su baja conductividad que le confiere gran resistencia al fuego (ignífugo) y por su relativa resistencia al ataque de sustancias químicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hoy todavía se utiliza en el aislamiento de los edificios, como componente de tejas, tuberías de agua, mantas ignífugas y envases médicos, como aditivo de los plásticos y en la industria automovilística, en embragues, frenos, juntas y amortiguadores. Esta organización cifra en cerca de 125 millones el número de personas en todo el mundo que están expuestas a este material en su lugar de trabajo.
Cerca de 125 millones de personas en todo el mundo están expuestas a este material en su lugar de trabajo
Las principales variedades de asbesto son el crisotilo (asbesto blanco) y la crocidolita (asbesto azul), y también la amosita, la antofilita, la tremolita y la actinolita. Hay que tener en cuenta que todas las formas de asbesto son cancerígenas para el ser humano. Una característica de estas enfermedades es que tienen un periodo de latencia muy largo, y desde que se está en contacto con el agente hasta que la enfermedad es detectable pueden pasar hasta 30 años.
El amianto es un conjunto de fibras minerales naturales, que desprende pequeñas partículas que pueden penetrar en los pulmones, y cuya inhalación (en un entorno laboral, en lugares cercanos a su extracción, viviendas o locales construidos con este material) provoca distintas enfermedades. Además, se estima que se dan miles de muertes cada año asociadas a la exposición doméstica, aunque en estos casos es difícil establecer la relación causa-efecto.
En los documentos «Environmental Health Criteria 203» y «Environmental Health Criteria 53» (OMS) se citan el cáncer de pulmón, de pleura (mesotelioma) y fibrosis pulmonar (asbestosis), y placas, engrosamientos y derrames pleurales. También se ha demostrado que provoca cáncer de laringe y, probablemente, otros tumores malignos («Committee on Asbestos: Selected Health Effects, Board on Population Health and Public Health Practices. Asbestos: Selected Cancers. Washington, D.C., The National Academies Press, 2006»). Por este motivo se considera uno de los carcinógenos ocupacionales más importantes, que provoca alrededor de la mitad de las muertes por cáncer profesional.