¿Dentadura postiza o implante dental? Como alternativa a las dentaduras postizas tradicionales, surgen los implantes dentales para ayudar a restaurar las bocas que tienen pocos o ningún diente. En forma de pequeñas piezas de metal colocadas en la mandíbula para sostener los dientes artificiales, los especialistas aseguran que los implantes proveen más ventajas y consiguen crear la sensación de dientes naturales en mayor grado que las dentaduras postizas. No obstante, conviene saber que su precio puede llegar a superar los 1.200 euros y no todas las bocas son aptas para un implante de estas características. Conozca las ventajas y los inconvenientes de esta nueva modalidad.
Tipos de prótesis
La falta de piezas dentales puede obedecer a diferentes razones. La más común es que se hayan perdido por el desarrollo de caries, o bien por enfermedades de las encías o accidentes. También puede ocurrir que los incisivos superiores y los premolares hayan dejado de crecer, o que se hayan desarrollado pero queden impactados, es decir, que no puedan salir de la encía. Entre las piezas que sufren mayor cantidad de impactación se suelen encontrar los caninos superiores, los premolares y las muelas del juicio.
Ante cualquiera de estas situaciones, la opción de hacerse un implante dental se encuentra entre las más utilizadas, al permitir la reposición de uno, algunos, o todos los dientes que faltan. Estos implantes están reemplazando poco a poco a las dentaduras postizas removibles tradicionales por sus múltiples ventajas. Los expertos aseguran que una vez que se han perdido los dientes naturales, la mandíbula se encoge gradualmente. Esta es la razón por la que muchas dentaduras postizas se deslizan, dando como resultado la irritación de los tejidos y dificultad al masticar y al hablar. Además, las dentaduras postizas hacen presión constante sobre la mandíbula, acelerando el encogimiento y haciendo que las dentaduras se ajusten deficientemente porque ya no tienen una base sólida donde descansar. Esto también puede causar dolor porque los nervios pueden estar más cercanos a la superficie de las encías.
Sin embargo, los implantes no son las únicas prótesis que existen. “Hay dos tipos de prótesis fijas”, explica Milo García Tempone, odontólogo de Madrid. “Las que son retenidas por los dientes y las que son retenidas por los implantes. En el primer caso, el diente va a actuar como el pilar de la dentadura postiza, por lo que se entalla y se prepara para soportar un puente de porcelana. En el caso de los implantes, actúan como sustitutos de la raíz del diente; se colocan quirúrgicamente en la mandíbula y sirven como soporte para los dientes artificiales. Estos implantes van recubiertos de coronas, que consisten en unas fundas cuya finalidad es restaurar la estética y la función del diente, y protegerlo.”
Antonio Bascone, catedrático de Patología Bucal y Periodoncia de la Universidad Complutense y presidente de la Sociedad Española de Medicina Oral, asegura que la elección de una u otra prótesis depende de cada caso particular. “Obedece al diseño de trabajo que se quiera realizar, a las características del paciente, a su situación general de salud, y a las enfermedades que pueda sufrir. En el caso de los implantes, es necesario realizar un examen dental y médico completo para saber si se pueden colocar. Las encías deben ser saludables y el hueso maxilar debe poder soportar los implantes.”
Tempote asegura que los implantes tienen más ventajas que los puentes de porcelana, “porque no es necesario desgastar las piezas sanas”. Pero no siempre los pacientes pueden colocarse un implante. “En primer lugar, es mucho más costoso que un puente de porcelana o que una dentadura postiza removible”, explica el odontólogo. “Además, en ocasiones no hay suficiente hueso para hacerlo, y otras veces hay estructuras anatómicas muy importantes que nos limitan el espacio en el que va a ir ese implante. No obstante, cuando no hay suficiente hueso se pueden hacer cirugías más complejas, como injertar hueso de otras partes del cuerpo, por ejemplo de la cadera o del mentón, y esperar tres meses hasta que el hueso se consolide. También hay ocasiones en las que se utilizan huesos artificiales”.
Cada implante, constituido por un material de titanio, cuesta alrededor de 900 euros en un paciente que no presente ninguna complicación. Y el coste de la corona que se coloca sobre el implante alcanza los 350 euros.
El descubrimiento del titanio
Según datos de la Sociedad Española de Cirugía Bucal, nuestro país es el segundo de Europa donde más implantes se colocan: 130.000 al año. “El problema con los dientes se centra en que los humanos están preparados biológicamente para vivir 50-60 años y con los avances médicos hemos superado este tiempo, lo que supone mayores posibilidades de padecer problemas dentales y extracciones”, señala Miguel Peñarrocha, profesor titular de Cirugía Bucal de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Valencia.
La aplicación del titanio en el campo de la cirugía bucal ha sido una de las revoluciones más destacadas en la reposición de piezas dentales y su impacto fue similar, según Peñarrocha, al surgimiento de las lentes para los problemas de visión. Los implantes de este resistente metal han conseguido que las integraciones óseas sean exitosas y, consecuentemente, que sean posibles las rehabilitaciones funcionales.
Los implantes de titanio fueron un hallazgo fortuito y tienen su origen en un hecho ocurrido hace 35 años. En ese momento, un osteópata sueco, el doctor Per Ingmar Branemark, que investigaba la circulación sanguínea había dispuesto una diminuta cámara de ese material dentro de un conejo de laboratorio. Cuando quiso retirarla del cuerpo del animal, encontró que el adminículo no salía porque se había formado hueso alrededor. Así nacieron los nobles y duraderos implantes de titanio, que se utilizan tanto en el campo odontológico como en cirugías de reemplazo de cadera u otros tejidos óseos.
Entre las principales ventajas de los implantes de titanio, destaca su anclaje al hueso con más fuerza que incluso los propios dientes naturales y al éxito en su integración. Además, la colocación sobre el implante de una corona proporciona una recuperación funcional y estética excelente. Para el profesor Peñarrocha, la ciencia de implantación también ha resuelto otros problemas: “Cuando perdemos los dientes, también perdemos hueso y tejido óseo adyacente. El resultado estético es el de una persona que funcionalmente se convierte en un inválido dental y estético; con los implantes esto se ha solucionado. Todos somos candidatos a llevar implantes, siendo muy buena la restauración estética y funcional”.
Los últimos avances en la cirugía bucal están encaminados a colocar prótesis fijas al mayor número de pacientes posible, un ámbito donde, según el experto, se ha conseguido el éxito en el 95% de los casos, “incluso en pacientes con poco hueso”.
Implantes de carga inmediata y consejos
La utilización de implantes de carga inmediata es una de las técnicas más novedosas en la reconstrucción dentaria. Actualmente, la colocación de un implante conlleva un proceso que, desde que se realiza la cirugía hasta que es colocada la prótesis definitiva, se prolonga por espacio de entre dos y tres meses, en el caso de la mandíbula, y entre tres y seis en el maxilar superior, según Santiago Llorente, vicepresidente segundo de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial.
La técnica de carga inmediata permite efectuar el implante y la cirugía en una única sesión. “Se trata de una técnica más agresiva, que reduce de un modo muy significativo el tiempo que dura el proceso”. Aunque está consiguiendo buenos resultados, el experto asegura que la principal polémica se centra en la determinación de los casos en los que su aplicación esté indicada.
En este sentido, los especialistas coinciden en que los implantes de carga inmediata deben ser realizados únicamente en casos favorables, en aquellos pacientes que tengan una buena cantidad y calidad de hueso, donde se pueda reducir el periodo de cicatrización tras la cirugía de la técnica convencional, con la que es preciso esperar varios meses hasta que el implante queda correctamente fijado al hueso. Con el nuevo procedimiento, el implante se realiza de forma inmediata.
Consejos
El cuidado de los dientes artificiales es tan importante como el cuidado de los dientes naturales. Los expertos recomiendan seguir los siguientes consejos:
- El ejercicio de masticar con los nuevos dientes debe ser gradual. Conviene tomar alimentos blandos los primeros días, comer trozos pequeños y masticar despacio usando los dos lados de la boca.
- La limpieza de la boca ha de ser escrupulosa. Debe limpiarse todos los días después de las comidas con cepillo de dientes suave y dentífrico. Si no se limpia se acumulará comida y sarro, y será un foco de infecciones para la boca, además de provocar mal olor.
- Los dientes postizos pueden, al principio, hacer que su boca sea menos sensible a los alimentos y líquidos calientes. Puede ser más difícil notar la presencia de objetos peligrosos, como huesos, por lo que conviene ser más cuidadoso.
- Con el paso del tiempo, puede ser necesario hacer algunos ajustes. Asegúrese de que sea su dentista quien se ocupe de estos ajustes. Acuda cada 6 meses a un profesional de la salud oral para que efectúe una limpieza.