Nada mejor que el deporte para mantenernos en forma. Pero así como cuidamos el cuerpo, y tal como reza el dicho Mens sana in corpore sano, también es necesario cuidar la mente. La razón es que la buena salud emocional tiene consecuencias positivas en la salud física, pero además las personas que cuidan de su esfera emocional son más resistentes y más capaces de actuar frente las adversidades. Muchos estudios ponen de relieve que técnicas como la meditación o, más en concreto, el mindfulness son beneficiosas para la salud. En este artículo se explica por qué meditar disminuye el estrés, mejora el estado inmunológico y reduce la mortalidad cardiovascular.
Meditación, qué es y para qué sirve
La meditación es una práctica milenaria que se ha asociado a una sensación de relajación física y tranquilidad. Aunque durante mucho tiempo se la relacionó solo con aspectos religiosos, estudios realizados en todos los ámbitos de la salud muestran los beneficios que provoca su práctica tanto en el cuerpo y la mente.
El doctor Jon Kabat-Zinn, fundador del Center for Mindfulness in Medicine, Health Care and Society de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts (EE.UU.), es uno de los investigadores que más ha analizado los efectos de la meditación y sus aplicaciones clínicas. En su opinión, las técnicas de meditación pueden ser muy útiles para gestionar el estrés y reducir las emociones negativas.
Diferencias entre meditación y mindfulness
La meditación es la acción de meditar, pero no solo existe un modo de hacerlo, sino que hay numerosas corrientes. Por otra parte, aunque hoy se asocia sobre todo al budismo, todas las religiones tienen actos de meditación, como ejercicios espirituales, rezos, retiros…
Mindfulness, como explica en su web el psicólogo Ángel Lafournière, es una meditación científica y, como tal, cuenta con estudios científicos que la avalan, y tiene un método científico que permite replicar el proceso, prever los resultados y adaptarlo a las diferentes necesidades del paciente. Además, es una filosofía que «se pone en práctica no solo en la acción de meditar en sí misma, sino que forma parte de una actitud para la vida diaria».
Según Kabat-Zinn, la meditación, en especial la técnica mindfulness, lleva a una consciencia plena de la realidad del momento presente, aceptando y reconociendo el aquí y el ahora, pero sin quedar atrapado en los pensamientos o emociones que provoca.
Beneficios de la meditación y el mindfulness
✅ Efectos sobre el sistema inmunológico
Según el estudio ‘Valoración de parámetros inmunitarios en pacientes con síntomas de ansiedad y depresión tras un programa de meditación mindfulness‘, coordinado por Francisco M. Rodríguez-Peña, del Hospital Comarcal de la Axarquía (Málaga), esta técnica tendría efectos psicobiológicos y clínicos.
Se analizaron sus efectos sobre parámetros del sistema inmunológico (glóbulos blancos e inmunoglobulinas) en pacientes que sufrían ansiedad y depresión. Tras dos meses de meditación, hubo un aumento significativo de inmunoglobulinas (IgG, IgM), de proteínas que trabajan con el sistema inmunológico (C3 y C4), y un descenso en el recuento de monocitos (un tipo de glóbulos blancos cuya función es fagocitar a diferentes microorganismos o restos celulares, cuyo número aumenta ante estrés o infección).
✅ Reduce la mortalidad cardiovascular
La Fundación Española del Corazón (FEC) ha expuesto que la meditación aporta beneficios a la salud cardiovascular, basándose en la evidencia científica que aportan diferentes investigaciones. Los estudios realizados hasta ahora muestran una reducción de la presión arterial y del estrés, además de una mejoría de otros factores perjudiciales para la salud del corazón.
Así, según los expertos, la meditación puede reducir casi a la mitad el riesgo de mortalidad, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular en pacientes con enfermedad coronaria. Esto se debe a que disminuye la tensión arterial y los factores de estrés: provoca una reducción de la activación del sistema simpático y de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) y, por ello, se contrarrestan los efectos del estrés crónico, que son el aumento de la tensión arterial y de la frecuencia cardíaca.
✅ Reduce la irritabilidad y el miedo
La meditación aporta beneficios en la gestión de emociones negativas como la ira, la hostilidad o en los síntomas depresivos. La meditación trascendental fortalece los circuitos neurológicos que calman una parte del cerebro que actúa como gatillo del miedo y de la ira.
✅ Control y mejoría de numerosos trastornos
- Asma
- Capacidad de atención y concentración
- Dolor crónico
- Síndrome del intestino irritable
- Problemas para dormir
- Dolores de cabeza
Tipos y técnicas de meditación
Hay muy distintos tipos de meditación y, entre otros muchos, destacan los siguientes:
➡️ Meditación guiada
Tienen una persona que hace de guía a través de un audio, un vídeo o una app. Son muy útiles para principiantes, ya que son cortas y van dirigiendo a lo largo de toda la sesión.
➡️ Meditación plena
Esta meditación (mindfulness) es la consciencia vigilante de las emociones, sensaciones o acciones. Nos centramos en el momento presente, observando lo que sucede alrededor, en uno mismo, centrando la atención en lo que hay, sin juicios ni expectativas.
➡️ Meditación con mantras
Utiliza la repetición de una palabra o frase para ayudar a perfeccionar una conciencia más centrada. Ayuda a frenar la actividad mental y el pensamiento para enfocar toda la energía y vivir más el momento. Un mantra universal es «So Hum», repitiendo mentalmente «So» al inhalar y «Hum» mientras se exhala.
➡️ Meditación de chakras
Permite explorar los siete principales puntos de energía conocidos como chakras, distribuidos a lo largo de la columna vertebral. Son los puntos de unión entre el mundo material y el plano etéreo, y practicar esta meditación permite encontrar el equilibrio entre ellos.
➡️ Meditación Zen
El pensamiento zen se caracteriza por suprimir todo lo superfluo, pues al eliminar el «ruido» (acústico, visual, emocional, etc.), la mente se calma y se centra en el proceso meditativo.
Son muchos los trabajos que han intentado contestar a esta polémica pregunta. La respuesta es que rezar, meditar o realizar ejercicios de relajación ayudan al proceso terapéutico. De hecho, en los últimos años, ha cobrado gran importancia la dimensión emocional de las personas enfermas. Y son muchas las prácticas que les ayudan a gestionar emociones negativas, como el estrés que les genera su afección. Así, la práctica de taichí o de yoga, la meditación guiada o la musicoterapia, entre otras, otorgan al afectado la capacidad de ser parte activa de su recuperación e influyen de manera beneficiosa en todo proceso.