El 17% de la población española, cerca de 6,8 millones de personas, tiene contratado un seguro de asistencia médica privada. Esta red, que corre paralela a la maquinaria de la sanidad pública, está sustentada en usuarios dispuestos a pagar ambos servicios. Una atención médica más rápida, ausencia de listas de espera, posibilidad de elegir médico dentro de un cuadro sanitario y hospitales que no están saturados son las ventajas que ofrecen estos seguros a quien se lo pueda permitir. Pero no todo es color de rosa: un estudio refleja que el 50% de las quejas de los usuarios están motivadas por la falta de cobertura y las exclusiones y un 30% por la demora en el servicio y por falta de calidad.
Más de un centenar de compañías
La sanidad privada es un negocio que, pese a llevar varios años estancado, ahora empieza a estar en alza. En 2002 las primas de seguros de salud en España supusieron 3.290 millones de euros, lo que equivale a un incremento del 9,6% con respecto al ejercicio anterior, según los datos ofrecidos por Icea (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras), una organización formada por un conjunto de entidades del sector que representan el 95% del mercado español.
En estos momentos existen más de un centenar de compañías que ofrecen estos servicios. En los diez primeros lugares se hallan Adeslas, Asisa, Sanitas, Mapfre Caja Salud, DKV Seguros, Asistencia Sanitaria Colegial, Aresa, Igualatorio Médico Quirúrgico, Caser, y Quinta de Salud la Alianza M. P. S.
¿Qué ventajas ofrece el sector sanitario privado?
- La ausencia de listas de espera
- La posibilidad de escoger médicos dentro de los cuadros sanitarios estipulados por cada empresa
- Contar con una atención mucho más rápida en las salas de urgencia, pues los hospitales no están saturados
- Disponer de asistencia médica en el extranjero
- Hospitalización sin límites en centros con habitaciones individuales o con camas para acompañantes
- Pólizas especiales para servicios odontológicos
- Descuentos en los pagos si se hacen de forma trimestral, semestral o anual. Y descuentos para familias.
Pero no todo son ventajas. Ante la extensa lista de aseguradoras que se mueven en el mercado español en busca de potenciales clientes, las organizaciones de usuarios alertan a los consumidores de la importancia de saber elegir.
Si se está dispuesto a pagar la salud por partida doble, es decir, a la sanidad privada y a la pública conviene determinar con claridad los pros y contras.
Aspectos a tener en cuenta en la contratación de un seguro privado
- Es importante cerciorarse de que no existen restricciones en la consulta con un mismo especialista, pues en algunas compañías ocurre
- Hay que fijarse bien en los límites de hospitalización. En teoría no existen, pero algunas empresas pueden establecer un máximo de días
- Para la sanidad privada las hospitalizaciones psiquiátricas sólo pueden ser de 30 días.
- No se cubre la compra de medicinas. Ni tampoco hay deducciones fiscales en este sentido.
- Todas las patologías no están cubiertas. Así, por ejemplo, el tratamiento del Sida, los transplantes, problemas derivados de intentos de suicidio o la cirugía estética no están incluidos en los seguros. Aunque hay algunas empresas, como por ejemplo la compañía Asisa, que ha decidido ofrecer transplante de órganos
- Al tratarse de seguros privados las compañías pueden, libremente, rechazar a un cliente en función de su estado de salud. Y como cualquier otro seguro, en casos específicos pueden decidir no renovar la póliza, por ejemplo cuando se trata de personas que generan muchos gastos
- Si una mujer embarazada adquiere un seguro no puede, de inmediato, obtener cobertura en el proceso de gestación. Los períodos de carencia suelen ser bastante largos. A veces una mujer debe esperar hasta seis meses para que el seguro le cubra algunas ecografías
- Las compañías privadas, -aunque no todas-, cobran un suplemento por consulta médica
Qué tipo de cobertura se desea, cuánto se está dispuesto a pagar, qué cuadros de especialistas ofrece la compañía así como los descuentos que se pueden obtener son elementos a tener en cuenta para no equivocarse en la elección.
Diversidad de precios
Adquirir un seguro médico resulta fácil. Algunas veces se hace a través de mediadores y otras de forma directa. Los precios varían según las compañías, los tramos de edad del asegurado y el sexo. El abanico es amplio. Estos son algunos ejemplos: en Adeslas, la compañía líder del sector, la tarifa para un niño de hasta 4 años asciende a 41 euros, pero se sitúa en 33 euros cuando el niño tiene entre 5 y 9 años.
Las primas -que normalmente se abonan mes a mes- aumentan en función de la edad. Un hombre de 40 años paga 34 euros, y uno de 50 años, 49 euros. Para los mayores de 74 años el precio se fija en 91 euros. En cuanto a las mujeres, los precios más altos son los que se aplican a las que tienen entre 20 y 59 años. Y para las mayores de 74 años las tarifas oscilan entre 46 y 84 euros.
La compañía Asisa, por su parte, otra de las más importantes del sector, no hace distinción de género, pero sí de tramos de edad. Las cuotas van desde los 36 euros hasta los 119 a partir de los 76 años.
Cuando se obtiene un seguro, la compañía suministra unos volantes que el paciente debe entregar con su firma cada vez que utiliza los servicios. No obstante, algunas empresas ya han reemplazado los volantes por tarjetas de banda magnética similares a una tarjeta débito o crédito.
En la actualidad, las compañías de asistencia sanitaria privada no se suscriben a un sólo ámbito territorial. De hecho, ofrecer servicios en todo el país es “fundamental” para la captación de clientes, según explican desde la patronal Unespa.
La medicina privada ofrece varios tipos de pólizas. Las más extendidas en el mercado son la de la asistencia sanitaria completa, con servicios en el territorio nacional y en el extranjero y libre elección de médicos dentro de los cuadros de la compañía y la póliza de reembolso de gastos, mediante la cual la empresa se compromete a sufragar el coste de una atención médica.
Las primas de asistencia sanitaria, según Icea, constituyen el 86% de las preferencias de los usuarios frente al 9% en reembolso de gastos y 5% en la modalidad de subsidio.
Nuevas medidas fiscales
Lo que hoy es la red de seguros médicos privados estaba formada, en un principio, por pequeñas asociaciones de médicos, los denominados igualatorios, que se crearon especialmente en los pueblos españoles. Era una práctica común, según explica Rafael Pérez Rodríguez, presidente de la comisión de relaciones públicas del Colegio de Mediadores de Seguros Titulados de Alicante.
En los años 50, explica Rodríguez, el mercado estaba fragmentado en igualatorios y uniones sanitarias de carácter local o provincial que después, tras la aprobación de la Ley de Seguros de diciembre de 1954, tuvieron que acogerse a una normativa específica y convertirse en auténticas empresas. Ahora, más de un centenar de compañías, la mayoría agrupadas en la patronal Unespa, creada en 1977, están en el mercado.
De la población asegurada, según Icea, el 11,4% corresponde a seguros voluntarios y el resto, a mutualidades de funcionarios. La explicación es sencilla: tanto los empleados públicos del Estado como los de la rama judicial (magistrados, fiscales, y auxiliares de administración de justicia) y los militares, gozan de un régimen especial que les permite escoger entre la sanidad pública o la privada. Y es allí donde entran en juego los seguros.
Las prestaciones están gestionadas por tres mutualidades que a través de los seguros privados dan cobertura a sus afiliados. Las partidas presupuestarias las asume el Estado y las autonomías en el caso de las administraciones que son de su competencia. En total, los funcionarios adscritos a la sanidad privada suman más de 2,5 millones de clientes.
Adeslas y Asisa, las dos compañías más grandes, sustentan gran parte de su economía en la cobertura que dan a las mutualidades de funcionarios: Muface, Isfas y Mugeju. Sólo Sanitas, la tercera en el ranking, ha decidido lanzarse a la búsqueda de nuevos clientes de ámbito totalmente privado y romper el concierto con la administración pública. Esta decisión le hizo perder 18.500 asegurados.
Las cifras de usuarios adscritos a la sanidad privada han variado poco en los últimos años. Oscilan entre 6,5 y 6,8 millones de clientes que se mueven de un seguro a otro en busca de la póliza más ajustable a sus necesidades. Según Miguel Ángel Vázquez, portavoz de la patronal Unespa, el panorama, sin embargo, se prevé más claro en los próximos años.
Las aseguradoras creen que las medidas fiscales introducidas por el Gobierno central permitirán un incremento en el número de afiliados. La última reforma del IRPF establece deducciones de hasta 500 euros para los trabajadores por cuenta ajena cuando su empresa contrate pólizas colectivas. En el caso de los autónomos también se producen exenciones para quienes adquieran estos servicios.