Cómo vivir más; la búsqueda de la eterna juventud es un viejo sueño de la humanidad. Primero fue el Santo Grial y ahora es la ciencia la que parece prometer la inmortalidad. Proliferan la cosmética, los productos dietéticos y los centros “antiedad” con terapias que no siempre están refrendadas en cuanto a sus resultados. Hay líneas de investigación, como la de las células madre, con un futuro prometedor mientras que otras, como las sirtuinas, parece que no ponen de acuerdo a la comunidad científica. Por este motivo, los especialistas recomiendan ser muy cautos e informarse de manera adecuada antes de someterse a cualquier terapia “antiaging”. Este artículo explica en qué consisten y cuáles son sus posibles beneficios.
Células madre, promesa de juventud y longevidad
Las células madre bien podrían ser el elixir de la eterna juventud. Las líneas de investigación en este campo son imparables y es que, si hay una estrategia «antiedad» prometedora, esta es la medicina regenerativa basada en células madre e ingeniería de tejidos. Los últimos estudios muestran resultados que parecen sacados de una película de ficción. Según los últimos resultados obtenidos, en un futuro muy cercano, se podrá reconstruir el corazón tras un infarto, estimular la formación neuronal para curar el Parkinson, inducir la formación de nueva piel tras una quemadura o fabricar vasos sanguíneos en el laboratorio.
La estrategia antiedad no se basa en encontrar una molécula que sea la fuente de la eterna juventud, sino en reparar los tejidos que con el paso de los años se deterioran y, así, prolongar la longevidad de las personas. La maniobra es recambiar un tejido u órgano dañado por uno de sano mediante las propias células madre que pueden obtenerse de la grasa o de médula ósea. El siguiente paso es cultivarlas en el laboratorio para conseguir el tipo celular deseado que vuelve a introducirse en el organismo.
Hay estudios que ponen en duda el papel de las sirtuinas a nivel celular y su efecto frente a la longevidad
Uno de los mecanismos más innovadores que será la base futura para reconstruir órganos en el laboratorio es la descelurarización. Es una técnica que permite extraer de un tejido determinado todas sus células, dejando al descubierto la matriz extracelular, una estructura esponjosa que les sirve de sustento. Con esta matriz, se cultivan las células madre, de modo que estas migran y se recolocan de nuevo para formar de nuevo el tejido. Esta técnica se está ensayando en la actualidad con vasos sanguíneos de perro.
Gracias a este tipo de terapias no solo se podrá vivir más años, sino mejor. Además, la investigación con células madre permite entender mejor cómo funciona el envejecimiento celular. Y esto tiene una implicación directa con la búsqueda de la longevidad.
¿Sirtuinas para aumentar la longevidad?
Algunas terapias siguen una línea prometedora mientras que otras, como las basadas en las sirtuinas, están en duda. Las sirtuinas son una familia de genes descubiertos inicialmente en la levadura. Se observó que una elevada expresión aumentaba su longevidad, un efecto que también se contempló en estudios posteriores con gusanos y moscas de la fruta.
Por otro lado, se descubrió que un compuesto derivado de plantas, llamado resveratrol, incrementaba la esperanza de vida mediante la sobreexpresión de sirtuinas. Además, se sabe que una dieta restrictiva está asociada a un aumento de la longevidad y se pensó que las sirtuinas tenían un papel relevante en este fenómeno.
Con todo esto han proliferado los productos dietéticos a base de resveratrol, al que catalogan como el verdadero elixir de la juventud. Las firmas cosméticas no se han quedado atrás y también han incorporado este componente a sus productos de belleza. Asimismo, se han apuntado al éxito mediático de las sirtuinas, que pretenden activar a través de mecanismos poco corroborados desde el punto de vista científico.
Un estudio reciente publicado en la revista «Nature» viene a desmoronar el mito que se ha creado alrededor de las sirtuinas, al poner en duda los resultados de algunos estudios anteriores. El motivo es una falta de controles en los experimentos. Para comprobarlos, un grupo de científicos coordinado por David Gems repitió algunos de las pruebas realizadas con anterioridad y determinó que algunas conclusiones eran precipitadas.
Los autores del estudio explican que sus resultados no desacreditan totalmente las investigaciones anteriores, pero sí que ponen en evidencia que aún quedan muchos vacíos para explicar el mecanismo de las sirtuinas a nivel celular y que, por tanto, su papel frente a la longevidad debería ser estudiado con más precisión. Estas investigaciones también han servido para ver que las sirtuinas tienen un papel relevante en el metabolismo celular que, con toda probabilidad, será una fuente de nuevos descubrimientos futuros con aplicaciones clínicas.
A pesar de que la terapia con células madre es una realidad, a su alrededor surgen aplicaciones de dudosa eficacia, que se mueven más en el campo de las promesas que de las realidades. Este sería el caso de la industria cosmética, con el desarrollo de cremas faciales con células madre de manzana o de flor de loto que, de manera supuesta, reactivan las propias células madre de la piel y, por tanto, la rejuvenecen.
También proliferan centros “antiaging” y las clínicas que prometen curarlo todo, algunas tan polémicas como la alemana XCell, que fue clausurada por el fallecimiento de un bebé al que se le habían inyectado células madre en el cerebro.
En la actualidad, parece ser que muchas personas con enfermedades graves están interesadas en las promesas de estas terapias. Los especialistas, en este caso, insisten en la importancia de buscar seriedad y referencias, para evitar el fraude y los posibles efectos secundarios.