Una investigación desarrollada por científicos del Centro de Física de Materiales y de la Universidad del País Vasco ha permitido descubrir un nuevo fenómeno físico denominado plasmón acústico que podría tener aplicaciones en medicina.
Un plasmón es una onda de carga que se crea por la excitación colectiva de los electrones. El plasmón acústico es un tipo de plasmón de superficie que se produce por la interacción entre la luz y las superficies metálicas. La principal diferencia entre los plasmones de superficie habituales, conocidos desde hace 50 años, y el nuevo plasmón acústico es que cada uno se crea a partir de una cantidad de energía diferente. El acústico multiplica sus posibles aplicaciones al emplear menos energía.
Eugene Chulkov, del Centro de Física de Materiales, explica el descubrimiento: «Cuando la luz incide sobre una superficie metálica, los electrones del metal interactúan con el campo electromagnético de la luz y se crean unas ondas, llamadas plasmones».
Chulkov pone un ejemplo para entender el fenómeno de forma gráfica: «Las ondas de carga que crea la luz se propagan sobre la superficie metálica de la misma manera en que lo hacen las ondas que se crean en un estanque de agua al arrojar una piedra».
Aunque a primera vista puede resultar extraño el empleo de estructuras metálicas para transmitir luz, ya que ésta se atenúa rápidamente al atravesar un metal, Chulkov aclara que «la situación es diferente si se piensa en plasmones superficiales, ya que las ondas pueden viajar por una superficie varios centímetros antes de extinguirse, una característica que podría ser útil en biomedicina y nanotecnología».
Entre otras cosas, este hallazgo podría permitir el diseño de dispositivos electrónicos de «ultra-alta velocidad», para el almacenamiento de datos, con utilidad en nanoóptica o biomateriales, así como la creación de nuevos materiales con aplicaciones médicas.