Los desfibriladores implantables son el mejor seguro de vida de los enfermos que sufren graves arritmias. Pero ese seguro también puede condicionar la vida de los pacientes cuando se producen varias arritmias al año y el desfibrilador provoca automáticamente una descarga dolorosa para paliarlas. Ahora podrían tener una nueva opción, según acaba de publicar la revista «Circulation».
Médicos italianos han demostrado que puede haber otras vías de tratamiento sin soportar las descargas de los desfibriladores. El equipo de Cardiología de la Universidad de Pavía ha demostrado que una técnica quirúrgica de no más de 40 minutos de duración puede reducir en un 91 por ciento el riesgo de parada cardiaca y de síncope en enfermos con el síndrome del intervalo Q-T largo. Esta técnica consiste en reducir el control del sistema nervioso simpático sobre el corazón y, aunque ya se conocía, es la primera vez que un estudio demuestra su eficacia en estos enfermos con un riesgo elevado.
El equipo de la Universidad de Pavía cuenta en su trabajo que casi ocho años después de la cirugía los problemas cardiacos previos a la operación habían caído drásticamente. Superado ese tiempo, el 46 por ciento se mantenía sin síntomas, pero el 31 por ciento perdió la consciencia en una o más ocasiones, el 16 tuvo una parada y el 7 por ciento muerte súbita.
Una alternativa más
Los autores insisten en que se trata de una alternativa más para los pacientes, aunque en ningún caso debe sustituir a las anteriores. «Los médicos deben buscar el tratamiento que mejor se ajuste a cada caso», cuenta el doctor Peter J.Scwartz, responsable del departamento de Cardiología de la Universidad de Pavía. Y señala que la cirugía no libra al cien por cien el riesgo de sufrir una arritmia potencialmente mortal. Julián Villacastín, de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínico de Madrid, asegura que este riesgo es el punto más débil de la técnica: «Si aparece una arritmia, el desfibrilador siempre la podrá tratar. La cirugía es una alternativa para aquellos pacientes que prefieren correr un pequeño riesgo antes que llevar un desfibrilador o para quien sufre más de una arritmia al año»
En Alemania, médicos de la Universidad del Ruhr en Bochum han implantado el primer marcapasos dotado de una batería recargable a través de la piel. Este dispositivo ahorra al paciente operaciones quirúrgicas innecesarias cada nueve meses para cambiar las baterías. Los portadores podrán cargarlo colocándose cada dos semanas, y durante dos horas, un chaleco que transmite los impulsos eléctricos necesarios para cargar la batería. El sistema se aconseja en marcapasos que consumen mucha energía.