Los principales puntos débiles de la sanidad española son la atención sociosanitaria, bucodental, mental, así como la atención a drogodependientes, según un informe de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) presentado ayer.
En materia de salud mental, por ejemplo, el estudio, elaborado por más de 70 expertos, advierte de que entre el 20 y el 30% de la población padece algún trastorno a lo largo de su vida. Sin embargo, «la estructura asistencial está organizada en torno a una atención hospitalaria insuficiente y unos servicios sociales que no cubren el mínimo de las necesidades».
Además, SESPAS denuncia la variabilidad de recursos por regiones, situación que se repite asimismo en el caso de la atención bucodental y en los tratamientos a toxicómanos.
Salud deficiente
En cuanto a la salud general de la población, el informe revela que el 32% de los españoles tiene un estado de salud deficiente y de éstos, el mayor porcentaje se corresponde con la población femenina de clase social baja.
En este sentido, el estudio hace especial hincapié en cómo condiciona la salud de los ciudadanos su nivel de renta, el sexo y la ocupación. Así, las más desfavorecidas son las mujeres de escasos recursos, sin trabajo remunerado y con elevadas cargas familiares.
A pesar de que las mujeres españolas tienen una esperanza de vida más alta que la de los varones, apuntan los expertos, su estado de salud es peor debido a que «han asumido determinados roles sociales según su sexo que les son desfavorables».
De este modo, SESPAS indica que las mujeres entre 25 y 64 años con pareja dedican una media semanal al trabajo doméstico de 20,1 horas (17,1 las de clase alta y 26 las de clase inferior), lo que implica «tareas físicas pesadas». Esta situación se ve agravada cuando tienen que ocuparse de la atención a menores o a ancianos, agrega.
Recomendaciones
En resumen, esta sociedad científica apunta cuatro problemas principales de la sanidad: la insuficiencia de recursos materiales y humanos, la ausencia de mecanismos eficaces de coordinación, la variabilidad de recursos por regiones y la ausencia de sistemas de información y evaluación.
Ante este panorama, SESPAS recomienda la creación de un observatorio de vigilancia del Sistema Nacional de Salud, la redefinición del papel del Ministerio de Sanidad y realizar inversiones en programas preventivos.