El doctor Ignacio Moncada Iribarren, jefe del Servicio de Urología del hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha definido la disfunción eréctil como un «termómetro» de futuras dolencias cardiovasculares. El especialista realizó esta comparación durante una conferencia que ofreció en el Hospital San Agustín de Avilés.
Durante el coloquio, Moncada Iribarren hizo especial énfasis en la confluencia de los mismos factores en personas con disfunción eréctil y posteriores dolencias vasculares. Así, el consumo de tabaco, la hipertensión o la obesidad están presentes en la mayoría de los casos de problemas de erección de origen físico, del mismo modo que en otro tipo de patologías cardiovasculares, indicó el especialista.
El urólogo acudió al centro hospitalario avilesino para hablar de los problemas de erección relacionados con una disfunción endotelial. Según explicó, el tapizado interno de las arterias que regula la cantidad de sangre que entra en los órganos se manifiesta inicialmente en problemas en la erección del aparato sexual masculino, toda vez que precisa de la utilización del 80% de la capacidad de unas arterias aún más pequeñas que en el resto del cuerpo. De ese modo, su detección puede ser un paso previo para evitar problemas más graves antes de que avance la citada disfunción del epitelio.
Moncada Iribarren se refirió a las posibilidades que los nuevos fármacos podrían tener en la prevención de riesgos cardiovasculares. «Hay estudios que van en ese sentido, y se está analizando la posibilidad de desarrollar presentaciones con efectos más prolongados», comentó el doctor a este respecto. Para esos usos, los efectos del fármaco no se manifestarían en forma de erecciones, si no se diera la excitación sexual, sino en un mejor funcionamiento del epitelio y, con ello, en una prevención de riesgos cardiovasculares.