La exposición laboral al abesto, también conocido como amianto, causa más de 107.000 muertes anuales por cáncer de pulmón, mesotelioma, y asbestosis, una forma de fibrosis pulmonar. Según alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 125 millones de personas están expuestas a este material en sus lugares de trabajo.
Asbesto es el nombre que se da a un grupo de minerales con fibras largas y delgadas que se utiliza comercialmente en el aislamiento de edificios, como componente de materiales de construcción y como aditivo en la industria automovilística, debido a su resistencia a la tensión, su escasa termoconductividad y su relativa resistencia al ataque químico.
Sin embargo, todas las formas de asbesto son cancerígenas para el ser humano, por ello, la OMS recuerda a los países miembros de Naciones Unidas su compromiso de prestar mayor atención a los cánceres relacionados con exposiciones evitables, en particular en el lugar de trabajo.
En ese sentido, urge a detener el uso de todos los tipos de asbesto, a sustituirlos por productos más seguros, así como a mejorar el diagnóstico precoz de las enfermedades relacionadas, y adoptar medidas para evitar la exposición.