La investigación del Alzheimer ha experimentado un «gran paso adelante» gracias al trabajo desarrollado por dos grupos de científicos, uno en Reino Unido y otro en Francia, que han identificado tres nuevos genes relacionados con este mal. Este hallazgo podría ayudar a reducir en el futuro en hasta un 20% las tasas de incidencia de esta enfermedad.
El descubrimiento está considerado «el mayor avance logrado en la investigación del Alzheimer en los últimos 15 años», asegura tras la publicación de la investigación en «Nature Genetics» Julie Williams, profesora de la Universidad de Cardiff (en Gales), que estuvo al frente del equipo investigador en Reino Unido.
Uno de los estudios ha contado con la participación de dos equipos españoles integrados en el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned), pertenecientes al Hospital Marqués de Valdecilla de Santander y al Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid. España ha aportado 1.500 muestras de ADN de las 30.000 analizadas.
Estas investigaciones tienen como objetivo lograr herramientas similares a las que ya se han conseguido para el cáncer, como los microchips de ADN, explica Onofre Combarros, del Servicio de Neurología de Valdecilla y coautor del trabajo. Estos dispositivos servirán para analizar muestras de tejido de pacientes, o bien de personas sanas que quieran conocer su riesgo, con el fin de saber si son portadores de las variantes genéticas relacionadas con el Alzheimer y, en función del resultado, adoptar medidas terapéuticas o preventivas.
El Alzheimer, enfermedad para la que no hay un tratamiento eficaz, es una patología neurodegenerativa que se manifiesta a través de un deterioro cognitivo y de trastornos de la conducta, a causa de la muerte de las neuronas y de la atrofia del cerebro. El 0,379% de la población mundial padecía demencia en 2005, un mal que aumentará a un 0,441% en 2015 y que llegará hasta un 0,556% en 2030, a medida que envejezca la población, señalan datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La identificación de los tres genes citados es la primera de la que se da cuenta desde 1993, año en el que una forma mutante de un gen llamado APOE fue responsabilizado de un 25% de los casos de Alzheimer diagnosticados. Dos de estos tres nuevos genes, denominados clusterina (o CLU) y PICALM, fueron identificados por el equipo británico, y el tercero, denominado receptor complementario 1 (o CR1), por el equipo francés.
Inflamación cerebral
Los científicos creen que la inflamación cerebral puede jugar un papel mucho más importante en el desarrollo del Alzheimer de lo que se pensaba hasta ahora, por lo que poder interactuar con estos genes abre la puerta a nuevos y más eficaces tratamientos. La doctora Williams añadió que el hecho de constatar el papel primordial que juega la inflamación en el desarrollo del Alzheimer supone que tratarlo con antiinflamatorios de uso común como el paracetamol o el ibuprofeno puede ser positivo.