Expertos internacionales han descubierto la función esencial de una proteína que actúa como vehículo para la entrada del virus del Ébola en las células. Gracias a ella, el agente patógeno se infiltra en el interior de las células y provoca infecciones que suelen ser mortales por las graves hemorragias que genera y sus consecuentes fallos multiorgánicos. Este hallazgo abre la puerta al desarrollo de medicamentos, inexistentes hasta el momento, que combatan al letal virus del Ébola.
Los científicos realizaron un examen genético de todo el genoma humano, que luego concretaron en el estudio de la proteína Niemann Pick C1 (NPC1), conocida por su relación metabólica con el colesterol y por su vinculación con la enfermedad de Niemann-Pick, provocada por una mutación genética de esta proteína. Precisamente, el equipo investigador usó células con esta mutación en ensayos de laboratorio y en ratones, y comprobó que esta NPC1 alterada es capaz de bloquear la infección del virus del Ébola.
Este descubrimiento se complementa con una investigación paralela desarrollada por la Escuela Médica de Harvard. En ella se demuestra que NPC1 posee una molécula que inhibe la entrada de los virus del Ébola en un 99% de las ocasiones.
Ambos estudios se basaron en una investigación previa que se realizó en 2005 en la que participaron muchos de los miembros de los actuales equipos. Entonces, descubrieron que el Ébola utiliza una proteína conocida como catepsina B. Las últimas conclusiones señalan que esta proteína interacciona con el virus del Ébola y lo prepara para su posterior unión a la NCP1.