La inhibición de la proteína MKP-1 frena el crecimiento tumoral. Lo dijo ayer la especialista del Instituto de Investigaciones Biomédicas (CSIC/UAM) Rosario Perona, quien participó en el X Congreso de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer que se ha celebrado en la Universidad de Navarra.
Perona explicó que la proteína MKP-1, que se encuentra en cánceres como el de próstata, páncreas y mama, frena el proceso de muerte en las células tumorales y, por lo tanto, para que los quimioterápicos puedan desarrollar su función paliativa, es necesaria su inhibición. Añadió que esta proteína puede, por una parte, contribuir al crecimiento de un tumor y, por otra, dificultar la acción de los quimioterápicos que se emplean en el tratamiento del cáncer para matar a las células tumorales.
«Tenemos un ejemplo con el ‘Cisplatino’ en el tratamiento del cáncer de pulmón», dijo. Cuando este fármaco induce el proceso de muerte en la célula tumoral, la presencia de la proteína MKP-1 «impide que este medicamento realice su función, mediar la inducción de muerte celular».
En la actualidad se estudia el efecto dual de esta proteína en el tratamiento de la quimioterapia y se busca un inhibidor que le impida actuar, para ello se llevan a cabo ensayos pre-clínicos en células y ratones. Estos trabajos han demostrado que «cuando esta proteína ya no se expresa en un tumor en el que antes actuaba, las células tumorales crecen más lentamente y se mueren con menos dosis de quimioterápicos», concluyó la experta.