Un estudio basado en 216 niños nacidos prematuramente revela que la alimentación con leche materna durante los primeros meses de vida está asociada a una menor tensión arterial a las edades de 13 a 16 años.
La tensión media era ligeramente inferior en 4 mm/Hg entre los 66 adolescentes que recibieron leche materna tras su nacimiento. Los investigadores estiman que esta reducción podría tener «importantes efectos sobre la salud pública». Reducir la tensión media en la población adulta por 2 puntos podría suponer un gran impacto sobre el riesgo cardiaco y de ataque agudo, según explica el doctor Atul Singhal y sus colegas del Instituto de Salud Infantil de Londres.
El estudio no revela diferencias en la tensión entre un grupo que recibió una formula diseñada especialmente para bebés prematuros, según informan los investigadores en el último número de la revista ‘The Lancet’. En un editorial que acompaña al estudio la doctora Susan B. Roberts, profesora de nutrición en la Universidad de Tufts (Estados Unidos), señala sin embargo que no se puede afirmar con seguridad que estos resultados se traduzcan posteriormente en un menor riesgo cardiaco.
Aunque la tensión arterial es un importante factor de riesgo cardiaco, otros factores como el peso corporal o el nivel de colesterol también resultan clave. «Es necesario conocer los efectos a largo plazo de la formula sobre otros factores de riesgo, como el nivel de lípidos o la grasa corporal», escribe Roberts.