La mitad de los padres actúa de forma inadecuada cuando un niño ingiere productos tóxicos domésticos como lejía o lavavajillas, que son la segunda causa de intoxicación infantil, según un estudio del Hospital de Sant Joan de Déu.
De cada 300 niños que ingresan en el servicio de urgencias de este hospital pediátrico de Esplugues de Llobregat (Barcelona), uno es por sospecha de que haya ingerido un producto tóxico. La segunda causa de intoxicación es la ingesta de productos domésticos, especialmente los cáusticos como lavavajillas, lejía o desembozadores que, según el estudio, causaron el ingreso de 78 niños entre 2005 y 2010.
El análisis de estos casos pone de manifiesto que alrededor del 50% de los padres y familiares actuó incorrectamente ante la intoxicación ya que indujo al niño al vómito o le administró líquidos como agua o leche. Los autores del estudio aseguran que estas prácticas están «contraindicadas» porque pueden provocar lesiones digestivas, por lo que lo recomendable es no dar nada de comer ni de beber al niño y llamar al teléfono de información toxicológica y, en caso necesario, llevar al afectado al servicio de urgencias con una muestra del producto ingerido.
El estudio pone además de manifiesto que la mayoría de niños que ingieren sustancias cáusticas tienen en torno a los dos años de edad y que en un 15% de los casos el producto se había extraído de su envase original y almacenado en un recipiente, lo que puede llevar a confusión al menor.