Cada vez más niños y niñas de los países ricos alcanzan la pubertad antes de tiempo, entre los siete y los nueve años, por razones que todavía no están demasiado claras. La teoría más consolidada hasta el momento es la que apunta a la obesidad infantil.
Un estudio publicado en la revista «Pediatrics» revela que el peso en la infancia puede ser un factor predictivo de la pubertad precoz o adelantada. Una niña que a los tres años tenga un índice de masa corporal mayor del que le corresponde por edad tiene más posibilidades de sufrir un adelanto de la pubertad, definida como desarrollo mamario, asegura este trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Míchigan (EE.UU.).
Para llegar a esta conclusión contaron en su investigación con 354 niñas entre tres y 12 años de diez regiones estadounidenses. Registraron su índice de masa corporal y varios indicadores de pubertad, incluyendo el desarrollo mamario y el comienzo de los periodos menstruales.
Las puntuaciones más altas en todas las edades estaban asociadas con un indicio más temprano de la pubertad femenina, definida como el aumento del pecho. A los nueve años, casi la mitad de las niñas del estudio habían alcanzado la pubertad y cerca de dos docenas tuvieron su primera menstruación durante el cuarto curso de primaria, entre los nueve y diez años.