La Organización Mundial de la Salud (OMS) está dando los últimos retoques a una nueva lista de comprobación de las normas de seguridad que los equipos médicos podrán utilizar en las operaciones. El objetivo es mejorar la seguridad en las intervenciones. Esta iniciativa responde al elevado número de operaciones de cirugía mayor, que en estos momentos asciende ya a 234 millones por año, y a las conclusiones de diversos estudios según las cuales un porcentaje considerable de ellas provoca complicaciones y defunciones prevenibles.
En los países industrializados se producen problemas graves en entre un 3% y un 16% de las intervenciones quirúrgicas practicadas en pacientes hospitalizados y las tasas conexas de discapacidad permanente o mortalidad oscilan entre el 0,4% y el 0,8%, según diversos estudios. En las naciones en desarrollo las tasas de defunción correspondientes a las intervenciones de cirugía mayor se sitúan entre un 5% y un 10%. Los estudios citados sugieren que la mitad de esas complicaciones podrían evitarse. «La atención quirúrgica constituye desde hace más de un siglo un elemento esencial de los sistemas sanitarios a nivel mundial», indicó el doctor Atul Gawande, cirujano y profesor de la Universidad de Harvard. «Aunque en las últimas décadas se han logrado una serie de mejoras decisivas, la calidad y seguridad de la atención quirúrgica sigue siendo alarmantemente variable en todas las partes del mundo. La iniciativa ‘Las prácticas quirúrgicas seguras salvan vidas’ tiene por objeto solucionar este problema aumentando los niveles exigibles por los pacientes en cualquier entorno», añadió. En la elaboración de esta lista, dirigida por la Escuela de Salud Pública de Harvard, participan más de 200 sociedades médicas nacionales e internacionales y ministerios de salud. Ésta identifica un conjunto de normas de seguridad aplicables en todos los países y entornos sanitarios para evitar complicaciones y muertes durante las operaciones.
Atención conforme a las normas
La organización sanitaria asegura que la utilización de la lista casi multiplica por dos las probabilidades de un paciente de recibir una atención quirúrgica conforme a las normas pertinentes. La implantación de este instrumento en los centros piloto ha propiciado un aumento de la adhesión a las normas de atención quirúrgica del 36% al 68%, alcanzándose en algunos hospitales niveles cercanos al 100%, apunta la OMS. Esto, a su vez, ha entrañado por ahora «notables reducciones de las complicaciones y defunciones». El documento identifica concretamente tres etapas dentro del proceso operatorio, cada una de ellas correspondiente a un periodo determinado dentro de las tareas normales de intervención. Así, encontramos el momento previo a la administración de la anestesia («comprobación preoperatoria»), a la incisión («comprobación preincisión») y al abandono del quirófano («comprobación presalida»). En cada etapa debe permitirse que un coordinador encargado de la lista confirme que el equipo ha completado las tareas pertinentes antes de seguir adelante con la operación.