La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado un proyecto mundial de lucha contra el radón, un gas subterráneo que mata cada año a decenas de miles de personas por cáncer de pulmón.
Este gas se difunde en el aire a partir del suelo y es radiactivo, insípido e incoloro. Tras el tabaco, es el segundo factor de riesgo de cáncer de pulmón y provoca el origen del 6% al 15% de los casos. Frente a una misma exposición, el riesgo para los fumadores es 25 veces superior al de los no fumadores.
Según ha explicado el doctor Mike Repacholi, especialista en radiaciones de la OMS, este gas está presente en todos los lugares a nuestro alrededor y expone a todas las poblaciones del mundo a un riesgo sanitario.
Diluido en el aire libre, el radón puede convertirse en peligroso si se acumula en una habitación, en función de la cantidad de uranio presente en el subsuelo. Para evitar su incidencia la OMS recomienda aumentar la ventilación o sellar las fisuras y los agujeros de las construcciones.
El proyecto, que durará tres años, consistirá en la puesta en marcha de una red mundial de especialistas que se interesará por la evaluación de riesgos, el establecimiento de líneas directrices sobre la exposición, la medida y la limitación de concentraciones de radón, además de investigar costes, eficacia y comunicar los riesgos.