El investigador estadounidense Robert Gallo, codescubridor del virus del sida, explicó ayer en Yaundé los avances para crear una vacuna contra esta enfermedad, cuyas primeras pruebas clínicas podrían llevarse a cabo en un año y medio; «y si funcionan juro que haré todo lo posible para que se distribuya en África, que es la gran prioridad», indicó el virólogo en la inauguración de la ‘cumbre’ de primeras damas de África contra el sida.
En estos momentos, varios ensayos de posibles vacunas se efectúan en todo el mundo. Una media docena de estas pruebas de posibles ‘milagros contra el sida’ se llevan a cabo en África, el continente más afectado por esta enfermedad. Sin embargo, aún faltan algunos meses para encontrar la más adecuada.
Otro de los expertos que asiste a la cumbre, el doctor Luc Montagnier, indicó que uno de los proyectos para el futuro consiste en vacunar a niños nacidos de madres seropositivas con el fin de disminuir la transmisión del virus de la madre al bebé a la hora de amamantarlo, método común de alimentación en África. Según él, esta vacuna podría estar asociada a la BCG (que se aplica contra la tuberculosis).
Actualmente, la distribución de un medicamento, un antiviral llamado nevirapina, a madres embarazadas infectadas -antes y justo después del nacimiento de su hijo- evita el traspaso del virus al recién nacido en un 70 por ciento de los casos.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha pedido a la compañía farmacéutica suiza Roche que baje el precio de un medicamento contra el sida, el Viracept, cuyo coste es demasiado alto para los países en desarrollo. Roche es la compañía farmacéutica que aplica los precios más altos en las regiones pobres, según denuncia la carta enviada por MSF a la dirección del grupo suizo.
La organización considera que en los países en vías de desarrollo y en los del África subsahariana, el precio del Viracept debería costar un 85 por ciento menos que en Suiza.
Los enfermos suizos obtienen este medicamento por 6.169 dólares (aproximadamente 6.170 euros) por persona y año, mientras que al sur del Sahara se vende por unos 3.130 dólares, cifra que se eleva a 4.124 en Camerún, lo que supone el doble que en Brasil, según los cálculos de MSF. MSF explica que el Gobierno brasileño ha conseguido negociar con Roche un precio de 2.336 dólares por paciente y año a pesar de ser un país de ingresos medios.
Por su parte, el portavoz de Roche, Horst Kramer, recordó ayer que el grupo se comprometió en mayo de 2000 a bajar los precios de las medicinas más utilizadas en la lucha contra esta enfermedad en África.