Ucrania, Bielorrusia y Rusia recordaron ayer el decimoctavo aniversario de la catástrofe en la planta atómica Chernóbil, el mayor accidente en la historia de la energía nuclear. En el cementerio Mítino de la capital rusa, donde yacen numerosas víctimas de la radiación, se celebró un mitin en memoria de todos aquellos que sufrieron los efectos letales de la explosión el 26 de abril de 1986 en la central ucraniana de Chernóbil.
Entre 30.000 y 300.000 personas, según diversas fuentes, pudieron haber muerto como consecuencia directa o indirecta del impacto de los 50 millones de curies de radiación que arrojó a la atmósfera la explosión del cuarto reactor de esa central nuclear.
Según el Ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia, 19 regiones del país sufrieron el impacto de la explosión, que contaminó 2,9 millones de hectáreas de tierras agrícolas, habitadas por poco más de 3 millones de personas. Un informe difundido ayer por esa cartera señala que en los últimos años la situación en las regiones rusas afectadas por el desastre de Chernóbil «ha mejorado de manera significativa gracias a los procesos naturales y también a las medidas de rehabilitación».
El accidente contaminó extensos territorios en Rusia, Ucrania y Bielorrusia, donde unos siete millones de personas fueron afectadas por la radiación de las 200 toneladas de combustible nuclear, equivalentes a 500 bombas como la de Hiroshima, que fueron expelidas a la atmósfera.
En Ucrania, más de 2.300 localidades sufrieron los efectos de la contaminación, que en la vecina Bielorrusia alcanzó a otras 2.800 aldeas y pueblos, con un total de cerca de 1,8 millones de habitantes, casi el 20% de la población del país. Según las estadísticas del Gobierno de Ucrania, en los centros sanitarios del país están registradas 3,2 millones de personas contaminadas, incluidos 451.800 niños.
Cáncer de tiroides
Con alarma, los médicos han constatado que cada año aumenta el número de personas adultas a las que se les diagnostican males provocados por la radiación, en primer lugar cáncer de tiroides. Entre los militares y voluntarios que fueron movilizados para hacer frente a la avería ese índice alcanza el 94,2%; entre la población evacuada de la zona contaminada (con retraso, pues los dirigentes soviéticos ocultaron durante días la tragedia), el 89,8%, y entre los que aún viven allí, el 84,7%.
Desde la explosión del cuarto reactor de Chernóbil, en Ucrania han sido operadas de cáncer de tiroides 2.700 personas que en el momento del accidente aún no habían alcanzado la mayoría de edad.
Como cada año, el recuerdo de las víctimas se mezcla con demandas de mayores indemnizaciones, de programas de ayuda médica a los enfermos y de subsidios para los supervivientes y familiares de los fallecidos.
Deterioro del «sarcófago»
La planta de Chernóbil fue clausurada definitivamente el 15 de diciembre del año 2000, pero su cierre no da garantías de seguridad. El cuarto reactor, destruido por la explosión de hace 18 años, está cubierto con un «sarcófago», una mole de hormigón armado que encierra todavía entre 30 y 100 toneladas de combustible nuclear altamente radiactivo.
Esa obra de ingeniería, construida contrarreloj, fue diseñada para una vida útil de 30 años, pero ya sufre un proceso de deterioro acelerado, que los científicos no aciertan a explicar. Autoridades y científicos coinciden en que hay que construir un segundo «sarcófago» encima del primero, pero el país no cuenta con los recursos para ello.