Médico y paciente deben caminar de la mano. Esta simbiosis tiene que funcionar como una maquinaria bien engrasada, en especial cuando se sufren patologías crónicas como la diabetes. La buena comunicación entre ambos dará paso a una mayor colaboración y a la confianza, bases que influirán en la salud del enfermo. En el siguiente artículo se describe el perfil de los pacientes activos, se abordan los problemas de comunicación que hay entre las personas con diabetes y sus médicos y se señala por qué es importante apostar por la formación general sobre esta patología.
En nuestra sociedad ha aumentado la esperanza de vida, lo que implica que muchas de las personas que acuden a las consultas médicas tengan una dolencia crónica. Además, la implantación de las nuevas tecnologías (Internet, redes sociales, aplicaciones o teleasistencia) ha dado un giro de 180 grados a la forma de comunicarse, de realizar tratamientos o de acceder a la información sobre salud. Esta transformación conlleva que tanto médicos como pacientes deban adaptarse a una nueva dimensión para que esa confianza entre ambos no haga mella y se mantenga. Porque, sin duda, será precursora de un paciente mejor informado, que conozca bien su patología y su tratamiento y, por tanto, que se involucre en la misma. En este sentido es fundamental apostar por la formación en ambas direcciones.
Paciente activo
La relación entre médicos y pacientes ha evolucionado mucho a lo largo del tiempo. Nada tiene que ver lo que ocurría dentro de una consulta hace varias décadas con lo que pasa ahora. Cada vez más -sobre todo cuando se trata de personas con enfermedades crónicas- el profesonal de la salud tiene en frente a un paciente activo en su tratamiento al que se conoce como «paciente empoderado«. Sus principales características son las siguientes:
- Es un enfermo que reclama educación, formación e información y que, además, la comprende.
- Accede a esta información por distintas vías (teléfonos móviles, tabletas u ordenador) y lo hace desde cualquier lugar.
- Se involucra en su tratamiento, conoce mejor su patología y, por tanto, sabe cómo autogestionarla y acudir al especialista sanitario cuando es necesario, lo que facilita un diagnóstico precoz y favorece la prevención.
- Requiere de atención personalizada e integrada. Cada paciente es un mundo, y una patología como la diabetes requiere de la atención sanitaria de varios especialistas.
- Es una persona muy pegada a las nuevas tecnologías y sabe de los beneficios que estas le pueden prestar en su dolencia, para la que reclama innovación.
Desde luego, el empoderamiento del paciente no puede ser algo aislado. Es necesario que ese cambio de actitud que ha tenido la persona lo adquiera también el sistema sanitario para poder dar respuesta a una nueva realidad.
Una percepción distinta de la diabetes
Aunque se han logrado avances significativos en la relación entre el profesional sanitario y el enfermo, todavía queda camino por recorrer. El Estudio Refleja2 evidencia que existe una percepción diferente de la diabetes tipo 2 (DM2) entre médicos y pacientes.
La investigación llevada a cabo por la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE) y la Red de Grupos de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria de la Salud (RedGDPS), en colaboración con Mylan, se realizó en más de 47 provincias españolas. En ella participaron 1.012 pacientes y 974 médicos.
- Entre las cuestiones planteadas estaba su visión de las recomendaciones médicas: el 36% de las personas con diabetes aseguran seguirlas siempre, frente al 64% de los doctores que opinan que las siguen con frecuencia.
- Esta diferencia se observó también en los consejos sobre la dieta y el ejercicio. El 45% de los pacientes y el 59% de los médicos opinaban que se seguían las recomendaciones sobre la dieta de manera habitual y el 25% de los enfermos frente al 59% de los doctores opinaban que se seguían solo a veces.
- Cerca de un 47% y 31% de las personas con diabetes consideraban que siguen siempre o con frecuencia los consejos sobre tratamiento farmacológico oral, frente al 24% y 72% de los médicos.
Estas cifras reflejan que es indispensable mejorar la comunicación médico-paciente.
Apostar por la educación sobre diabetes
Tras los resultados de este estudio, FEDE y redGDPS han alcanzado un acuerdo de colaboración para fomentar la educación y formación en diabetes, tanto entre el personal sanitario como entre el colectivo de pacientes.
Esta iniciativa está pensada en especial para las personas con diabetes tipo 2, en donde, a día de hoy, hay un mayor campo de trabajo de cara a la educación y la formación. Es importante hacer un trabajo común e intensivo de educación diabetológica que logre una mejor comunicación entre ambos y, así, incrementar la calidad de vida de las personas con diabetes en aspectos tan fundamentales como la adherencia al tratamiento.
En resumen, una buena relación médico-paciente pasa necesariamente por asumir por parte de cada uno -y del sistema sanitario- los nuevos roles que los cambios sociales les han ido dando, apostar por la educación y la formación y adaptarse a las nuevas tecnologías. Todo ello encaminado a que exista una comunicación de ida y vuelta entre ambos que genere confianza y que repercuta en un mejor control de las patologías.