La controvertida terapia hormonal sustitutiva para combatir los síntomas de la menopausia ha vuelto a ser objeto de análisis. En esta ocasión, una investigación de la Universidad de Massachusetts, que publica la revista de la Asociación Médica Americana (JAMA), ha revelado que su suspensión provoca que los síntomas que intenta evitar reaparezcan en la mitad de las mujeres.
Los investigadores señalan que síntomas vasomotores como los sofocos y los sudores nocturnos tienen seis veces más de posibilidades de reaparecer tras abandonar la terapia hormonal sustitutiva. Máxime cuando esta sólo se puede administrar, según las guías de práctica clínica, durante un máximo de cinco años y con la dosis mínima. El estudio incluyó la revisión de los síntomas de 8.405 mujeres que aún recibían el tratamiento de estrógenos y progestina, y los efectos que percibieron hasta doce meses después de suspenderse la terapia. La media de edad de las participantes fue de 69,1 años, con una media de tratamiento de 5,7 años, superior a la recomendada actualmente.
Según la directora del estudio, Judith K. Ockene, «el uso a corto plazo de la terapia hormonal sólo puede aliviar los síntomas temporalmente de muchas mujeres, incluidas las de mayor edad, que pueden volver a experimentar los síntomas menopáusicos tras cesar el tratamiento». Los investigadores añaden que el estilo de vida y las estrategias médicas pueden ayudar a controlar mejor los síntomas. En un editorial de JAMA se incide en la última valoración, aunque se asegura que «la alta frecuencia de los síntomas (sofocos y sudores nocturnos) puede ser el resultado de la retirada brusca de la terapia hormonal».