La lucha científica contra el Alzheimer ofrece poco a poco pequeños rayos de esperanza tanto para enfermos como para familiares. Al margen de posibles plazos para concretar el objetivo de atajar esa patología neurodegenerativa -difícilmente inferiores a los 20 años, según los investigadores más optimistas-, la realidad va sumando pasos adelante, como la reciente aprobación en la Unión Europea del único tratamiento para los casos avanzados, memantina, que en enero estará ya disponible en la Seguridad Social española.
El nuevo escenario terapéutico del Alzheimer ha sido analizado en un simposio internacional en Berlín, donde ha quedado de manifiesto la potencialidad de los últimos tratamientos para buscar otras vías de abordaje de la enfermedad. Con memantina, por ejemplo, se elige una nueva diana terapéutica, el neurotransmisor glutamato, cuyo exceso en el cerebro es señalado como responsable de los daños neuronales de los pacientes. El fármaco actúa, de hecho, bloqueando a un receptor neuronal del glutamato, conocido por las siglas NMDA, para evitar que lo capte y lo haga aumentar hasta niveles patológicamente elevados.
Steven Ferris, de la Universidad de Nueva York, subrayó algunos datos sobre la mejora significativa de los pacientes en sus procesos de memoria y razonamiento, en sus actividades de la vida diaria y en su estado y calidad de vida en general. Además, la extensión de un estudio de 28 semanas a un año completo demostró que tales beneficios se prolongaban en el tiempo: los enfermos que no habían recibido el fármaco durante la primera fase, mejoraban al serles administrado en la segunda, y los que sí lo habían recibido, mantenían los progresos conseguidos. Otros avances tangibles fueron la mayor independencia de los pacientes, con el consiguiente retraso de su ingreso en centros asistenciales, y su mayor capacidad de reconocer a sus familiares y mantener breves conversaciones, con el consiguiente alivio de la presión a sus cuidadores.
Por su parte, el neurólogo español Rafael Blesa, de la Universidad y el Hospital Clínico de Barcelona, dejó constancia de los beneficios cognitivos del medicamento en el tratamiento de la demencia vascular moderada a severa. El Alzheimer representa el 50% de todas las demencias.