La mala utilización de la voz provoca que nueve de cada diez personas sufran problemas de afonía, debido a un exceso de forzar la voz y las cuerdas vocales al hablar. La mayor parte de la gente que padece estos problemas son profesores, agentes comerciales así como telefonistas que usan la palabra como medio de trabajo. «Las personas que hablan mucho, que hablan rápido y que son nerviosas son más propensas a padecer disfonías», asegura la doctora Teresa Arenillas, presidente del séptimo congreso nacional celebrado recientemente en Bilbao por la Sociedad Médica Española de Foniatría, y en la que, entre otras cuestiones, se han revisado los nuevos métodos de diagnóstico de los problemas de lenguaje.
Uno de los problemas derivados del mal uso de la voz son los nódulos en las cuerdas vocales. «Los nódulos, a no ser que sean de un tamaño enorme, desaparecen con la rehabilitación de la voz y, a partir de ahí, hablando bien», explica la doctora Arenillas. Para evitar problemas con la voz la doctora aconseja que se debe asumir que la voz debe salir del diafragma y no de la laringe porque, de lo contrario, se habla sin aire y eso provoca el frotamiento de las dos cuerdas vocales. «Siempre digo a los pacientes que las cuerdas deben besarse cuando hablamos, no golpearse, porque ese roce brusco continuo genera la formación de nódulos».