El sistema inmunológico es capaz de mantener en estado latente potenciales células cancerosas del organismo, según el descubrimiento de un equipo internacional de científicos. Así, las defensas consiguen paralizar la expansión de las células cancerígenas que podrían llegar a esquivar la vigilancia inmunológica antitumoral, según un artículo publicado ayer en la revista científica británica «Nature».
Los científicos recurrieron a ratones de laboratorio para demostrar que el sistema inmunológico del animal puede lograr un equilibrio y mantener bajo control el crecimiento de un tumor durante un largo periodo de tiempo, según este trabajo, dirigido por Robert Schreiber, de la Escuela de Medicina Washington, en San Luis (Missouri). Tras inducir los científicos químicamente el cáncer con metilcolantreno, algunos de los ratones desarrollaron tumores letales, pero los que lograron sobrevivir no presentaron ninguna evidencia de tumores en crecimiento. Sin embargo, las células cancerígenas en estado latente seguían presentes en los ratones aparentemente sanos, equilibrio que, según probaron los científicos, puede trastocarse rápidamente con la supresión del sistema inmunológico.
Que el sistema inmunológico es capaz de lograr tal estado de equilibro era algo que ya se sospechaba por la comunidad científica desde hace años. El nuevo descubrimiento podría explicar también la presencia de células tumorales ocultas, en la próstata, por ejemplo, en personas que no presentan ningún síntoma de la enfermedad, según los autores de la investigación. También podría servir para concebir inmunoterapias que, en vez de erradicar el tumor, logren intensificar el equilibrio inmunológico para controlar el crecimiento tumoral.
Un equipo de científicos del Howard Hughes Medical Institute, de Estados Unidos, ha conseguido por su parte crear en laboratorio una molécula sintética capaz de inducir al suicidio a las células cancerígenas. Los resultados de esta investigación han aparecido publicados en la revista especializada «Cancer Cell». Liderados por Xiaodong Wang, del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern, los investigadores desarrollaron una pequeña molécula que imita la actividad de la Smac (segundo activador mitocondrial de las caspasas), una proteína que provoca el suicidio de algunos tipos de células. De esta forma, consiguieron que la molécula artificial convirtiera señales de supervivencia de células enfermas en señales de muerte. El descubrimiento podría derivar en la creación de compuestos para tratamientos contra el cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer.