Las comunidades autónomas han retirado o destruido este año 70.728 juguetes considerados peligrosos para los niños. La mayoría eran pistolas y arcos con flechas (33%), seguidos de muñecos con silbato (20%), teléfonos (18,4%), peluches (5,5%) y muñecas y accesorios (15%).
Entre los riesgos posibles de esos juguetes los más frecuentes eran asfixia, lesiones diversas que podrían ser provocadas por aristas, intoxicación, estrangulamiento, quemaduras y descargas eléctricas, según informó la directora de Consumo y Atención al Ciudadano del Ministerio de Sanidad, Ángeles Heras, quien aseguró que los incumplimientos de la normativa de juguetes han disminuido cerca de un 10%.
La Red de Alerta de productos peligrosos ha registrado en lo que va de año 1.307 notificaciones en el territorio comunitario, de las cuales 307 estaban relacionadas con juguetes y, en este ámbito, 107 fueron generadas por las comunidades españolas.
Galicia tuvo el mayor número de notificaciones, con 27, seguida de Madrid, con 20, y Andalucía, con 14; mientras que Melilla, Valencia y Aragón fueron las que menos casos registraron, uno cada una de ellas.
El 79,15% de los artículos retirados procedía de Asia, el 6,19% tenía como origen la Unión Europea (UE) y el 1,30% otros países. El 58% de estos juguetes presentaba irregularidades en el etiquetado, mientras que este porcentaje ascendió en 2005 al 66,7%.
Campañas de control
La evolución de la vigilancia sobre juguetes ha experimentado un enorme incremento a lo largo de los últimos años. Baste decir que en 1998 sólo se produjeron seis notificaciones sobre este tipo de artículos de uso infantil, según datos del Instituto Nacional del Consumo (INC).
La Conferencia Sectorial de Consumo, que agrupa a las máximas autoridades autonómicas competentes en la materia bajo la presidencia del Ministerio de Sanidad y Consumo, acuerda cada año la realización de campañas nacionales de control, tanto del etiquetado como de la construcción de los juguetes.
Dos de estas campañas, que se añaden a los controles de mercado rutinarios realizados por las comunidades, se dirigieron en 2005 al seguimiento de mordedores, sonajeros y juguetes para apretar, todos ellos destinados a niños menores de 3 años, y a juguetes comercializados en tiendas de precio reducido.
En 2006 se están realizando dos campañas nacionales: una de productos con cuerda de arrastre, teléfonos y juguetes que se venden en máquinas automáticas, y otra dirigida a artículos infantiles con líquido en su interior, que será analizado para comprobar su composición.
Para el próximo año está programada la comprobación de la veracidad del marcado «CE» en juguetes destinados a niños menores de 3 años y el control general del precio y de la información en castellano.