Científicos de las universidades estadounidenses de Georgia y Columbia, en colaboración con el Instituto Zoológico de Londres, han demostrado que enfermedades infecciosas como el sida, el síndrome respiratorio agudo y severo (SRAS), el virus del Nilo o el ébola, lejos de estar controladas, aumentan rápidamente su radio de acción en todo el mundo.
El equipo de investigadores analizó 335 brotes de enfermedades infecciosas en los cinco continentes, desde 1940 hasta la actualidad. Y determinó que las epizootias (enfermedades originadas por animales y que pueden pasar al hombre) son la más importante y constante de las amenazas globales para la salud de las personas. Muchas de ellas, como el SRAS o el ébola, se han originado en la fauna salvaje.
Uno de los principales culpables del auge de las enfermedades infecciosas emergentes es la resistencia a los antibióticos, capacidad que favorece la aparición, entre otros, de males tan difíciles de tratar como la tuberculosis extremadamente resistente.
«Puntos calientes»
La mayoría de las nuevas enfermedades surgieron durante la década de los 80. Esta circunstancia «probablemente se debió a la pandemia de sida de aquellos años, que llevó a la aparición de toda una serie de nuevas enfermedades capaces de afectar a las personas», afirman los investigadores, que utilizando sofisticados modelos informáticos han conseguido construir un mapa global con los «puntos calientes» donde pueden producirse los siguientes brotes.
Kate Jones, investigadora del Instituto de Zoología de Londres y coautora del estudio, afirma que «los ‘puntos calientes’ en los que pueden surgir nuevas enfermedades son más comunes en áreas ricas en vida salvaje. Por eso, proteger especialmente esas regiones supondrá un valor añadido en la prevención de futuras patologías».
En la actualidad, la mayor parte de los recursos económicos se invierten en vigilar las naciones más desarrolladas. Sin embargo, los investigadores consideran necesario tomar medidas de precaución en los países en vías de desarrollo, en donde se localiza la mayor parte de esos «puntos calientes».