Hace un año un dictamen de la Comisión Europea arremetía contra el modelo de farmacia español. Bruselas había detectado infracciones en la libertad de establecimiento. Desde entonces, las farmacias de nuestro país han incrementado sus esfuerzos en defensa de su carácter sanitario antes que comercial. Esta semana se han celebrado en Bruselas las jornadas «Europa 2007», organizadas por la Asociación para la Promoción de la Asistencia Farmacéutica (Aproafa). En este encuentro se han tratado tanto las exigencias de desregulación de la UE como los argumentos favorables al actual sistema.
Algunos expertos sugirieron una «liberalización con límites» de la farmacia para mantener la esencia sanitaria del modelo español, mientras dos europarlamentarias coincidían en que es «menos difícil defender la planificación que la titularidad-propiedad».
Una de las opciones planteadas fue impulsar una directiva específica desde los «Estados que deseen una cooperación reforzada en algún ámbito», que podría incluir dos áreas para «los dos grupos de países de la UE, regulados y reglamentados».
Otra alternativa sería «liberalizar con límites que respeten el modelo actual y que eviten las cadenas» o grupos financieros o de inversión que acaparen el mercado farmacéutico.
En España, cuarto país con más oficinas de farmacia por habitante (2.156 personas por cada una), el 99% de la población tiene farmacia en su localidad. El precio medio de los medicamentos es de los más bajos tras Francia e Italia.