Las madres obesas o que tienen diabetes durante el embarazo son más propensas a tener niños con enfermedad renal crónica (ERC), tal como demuestra un estudio de la Universidad de Washington, en Seattle. Mientras la tasa global de ERC en la niñez rondaba un 0,26%, alrededor de un caso por cada 400 nacimientos, cuando los investigadores ajustaron la duración de gestación, el riesgo de ERC fue un 69% superior en los niños cuyas madres tenían diabetes antes del embarazo.
Las conclusiones, hechas públicas durante la reunión y exposición anual de la Sociedad Americana de Nefrología que se celebra en Denver (Estados Unidos), revelan que, en el caso de los niños cuyas madres desarrollaron la diabetes durante el embarazo, había un 28% más de riesgo de ERC. Los niños de madres obesas demostraron un aumento del 22% en el riesgo de ERC. El riesgo de bloqueo urinario, que puede conducir a ERC, era un 34% mayor en los niños de madres que tuvieron diabetes gestacional, un 23% en los niños de madres obesas y un 21% en quienes tenían sobrepeso.
El trabajo incluyó a más de 4.000 pacientes con ERC infantil, diagnosticada a los 21 años o antes, en el estado de Washington. Estos pacientes se compararon con más de 20.000 niños sanos para evaluar las posibles relaciones entre una mujer embarazada que tiene diabetes, obesidad o sobrepeso y el riesgo de que su bebé desarrolle ERC en algún momento de su infancia, niñez o adolescencia.
La ERC a menudo está relacionada en los adultos con condiciones médicas como la diabetes y la hipertensión. Sin embargo, el desarrollo de ERC en la niñez podría estar programado antes del nacimiento, aseguró Christine W. Hsu, responsable del estudio. Hay pocos estudios que hayan examinado los posibles factores de riesgo del desarrollo de la ERC antes de la vida adulta.
Los investigadores explicaron que estudios previos han mostrado que la diabetes maternal está asociada con un mayor riesgo de anomalías congénitas, aunque un control estricto del trastorno lleva a que la tasa en el desarrollo de estas anomalías sea igual a la de las madres no diabéticas. Los nuevos resultados plantean la posibilidad de que una vigilancia más estricta de la diabetes y del control del peso durante el embarazo puedan disminuir el riesgo de los niños de desarrollar ERC.