El segundo «Informe sobre Salud y Género» elaborado por el Observatorio de Salud de la Mujer, perteneciente al Ministerio de Sanidad y Consumo, gira entorno a la salud en las edades centrales de la vida. El 24% de la población española (10,82 millones de personas) tiene entre 45 y 65 años, una franja de edad que corresponde con el ciclo vital de la madurez.
Pese a que las mujeres son más longevas (viven, de media, 6,6 años más que los hombres), manifiestan peor salud que los varones. Ello se atribuye a la sobrecarga de trabajo y la falta de tiempo libre, empleos repetitivos y de escaso reconocimiento social, junto con situaciones de dependencia económica. En cuanto a la salud percibida, las mujeres maduras se sienten peor que los hombres, aumentando el malestar a menor nivel de estudios y trabajo menos cualificado.
Los dolores que más sufren las mujeres entre los 45 y 65 años son, sobre todo, músculo-esqueléticos (46%), seguidos de dolores de cabeza, varices y problemas psíquicos. Aunque el orden de las quejas crónicas se presenta de manera similar en ambos sexos, la frecuencia en las mujeres es entre el doble y el triple en todas las categorías principales (artrosis y problemas reumáticos, mala circulación, jaquecas, migrañas, dolores de cabeza y depresión). Los síntomas somáticos sin causa orgánica y de estados depresivos y ansiedad también doblan en frecuencia a los de los hombres. Entre el 73% y el 80% de los pacientes con estos cuadros, junto con los dolores músculo-esqueléticos, son féminas.
Excesiva medicación
Las mujeres superan a los hombres en consumo de psicofármacos (son el 75% de los consumidores totales de somníferos o tranquilizantes). Ante situaciones inespecíficas expresadas por las mujeres (donde no existe una patología clara), los facultativos tienden a prescribir psicofármacos. En este sentido, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten del riesgo de utilizar este tipo de medicamentos para intentar resolver problemas sociales.
Pero la excesiva medicación de las mujeres no sólo se da en cuanto a la receta y consumo de psicofármacos, sino también en lo que se refiere a los tratamientos farmacológicos en el proceso del ciclo vital femenino. El informe indica que «dado el enfoque reproductivista» sobre la vida y la salud de las mujeres, el momento del climaterio ha tendido a ser representado como enfermedad (síndrome menopáusico) y, por ende, ha sido «excesivamente medicalizado».
Además, la idealización de la juventud como modelo de belleza y de salud ha producido «unos estereotipos discriminatorios» que han conducido a la percepción del paso de los años como deterioro y pérdida. Muchos de los malestares adjudicados a la menopausia se deben, en realidad, a sus condicionantes sociales y de género, afirma el estudio.
Reticentes a ir al médico
Por otro lado, el informe indica que los hombres se muestran más reticentes a acudir a las consultas médicas, por lo que la atención sanitaria se realiza muchas veces cuando la enfermedad ya está en un estado muy avanzado.
En consonancia con la esperanza de vida, las tasas de mortalidad del segmento comprendido entre los 45 y 65 años indican que los casos de muertes prematuras son significativamente más altos entre los varones. La primera causa de muerte en personas maduras son los tumores (de mama en mujeres y de pulmón en hombres) y las enfermedades del sistema circulatorio.
Entre los hombres destaca, además, la muerte por enfermedades del sistema respiratorio, la cirrosis y otras enfermedades del hígado, condicionadas todas ellas por el consumo de tabaco y alcohol, de mayor incidencia en los varones por factores de género.