Alrededor de tres millones de personas en España sufren los efectos físicos y psicológicos de las llamadas enfermedades inflamatorias crónicas. Bajo este epígrafe se engloba a un grupo de patologías caracterizadas por una regulación inmunológica incorrecta, inflamación crónica y dato tisular. La artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la espondilitis anquilosante o la esclerosis múltiple son algunas de las afecciones inflamatorias crónicas más representativas. Los médicos destacan el desarrollo de terapias biológicas como uno de los avances más importantes en el tratamiento de estas enfermedades, que afectan al 5% de la población de los países occidentales.
Los especialistas reunidos la pasada semana en el curso «Enfermedades Inflamatorias Crónicas», impartido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, aseguraron que existen nexos comunes en estas enfermedades clínicamente tan dispares. Juan Jesús Gómez Reino, profesor de Reumatología del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, explicó que «el mecanismo común de estas patologías es la producción de una sustancia que conduce a la inflamación». Actualmente, existen mecanismos que inhiben esa sustancia y mejoran la calidad de vida.
Por su parte, Jesús Tornero, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER), destacó que, «aunque este grupo de enfermedades no produce una mortalidad directa, sí está demostrado que pueden llegar a acortar la esperanza de vida entre tres y diez años. En el caso de que no se actúe sobre ellas, éstas acaban produciendo un daño estructural, pérdida de capacidad funcional, tanto física como psíquica, y por tanto un tremendo deterioro en la calidad de vida».
Los especialistas coincidieron en el desarrollo de terapias biológicas como una de las vías más efectivas para el tratamiento de este grupo de enfermedades inflamatorias crónicas. Gómez Reino insistió en que estas moléculas han demostrado «sobradamente su eficacia y buen perfil de seguridad». El objetivo de estas terapias, dijo, es minimizar el impacto de dichas enfermedades, tanto en costes directos e indirectos como en la calidad de vida de los enfermos.