La costumbre de broncearse de modo artificial surgió en los años noventa. Junto a las bondades estéticas que auparon su auge, no tardaron en aparecer las primeras sospechas acerca de su posible relación con el desarrollo de melanoma o con el envejecimiento prematuro de la piel, las cuales han ido confirmándose a medida que se han ido realizando investigaciones. De eso hace ya cerca de 30 años, justo el tiempo necesario para la incubación del cáncer de piel.
Cifras que preocupan
La postura de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es muy clara: las lámparas y las cabinas de bronceado emiten niveles nocivos de radiación ultravioleta cuya intensidad puede ser, como mínimo, igual a la de la luz solar al mediodía en regiones tropicales, lo que aumenta el riesgo de contraer melanoma y otros tipos de cáncer cutáneo. Además, estos aparatos también pueden causar quemaduras solares, suprimir el sistema inmunitario de la piel e inflamación ocular.
Los rayos UV que emiten estas máquinas pueden ser hasta 100 veces mayores que los que se obtendrían con el sol, lo que pueden causar serios daños a las estructuras internas y externas de los ojos y los párpados. Estas lesiones pueden acarrear un desarrollo de cataratas y una degeneración macular, así como un cáncer de la úvea, que es la capa media de tejido debajo de la parte blanca del ojo.
El uso de camas solares -siempre según la OMS- causa anualmente más de 10.000 casos de melanoma y más de 450.000 casos de otros tipos de cáncer de piel en Estados Unidos, Europa y Australia. Según un estudio publicado en la revista British Medical Journal, el 5,4% de los casos de cáncer de piel que se diagnostican cada año en Europa están vinculados con el uso de cabinas de rayos ultravioleta.
Estas advertencias dieron un paso más el año pasado en Francia, cuando la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria aconsejaba en un informe el cierre de los centros de bronceado y la prohibición de la venta de aparatos a particulares.
Tiempo de exposición según tu piel
Si a pesar de las alertas sobre los efectos nocivos del uso de las lámparas de rayos UVA decides tomar algunas sesiones, hazlo con seguridad, escogiendo un centro que te ofrezca plenas garantías. Ten en cuenta que no todas las personas pueden adentrarse en estas cabinas y que hay situaciones y colectivos que son especialmente vulnerables. Pero lo primero de todo es conocer el tiempo máximo de exposición según tu fototipo de piel:
-Nunca: fototipo I (personas con ojos azules, generalmente pelirrojos, con pecas y piel de color blanco lechoso) y tipo II (cabellos rubios o claros, cuya piel, no expuesta habitualmente al sol, es blanca).
-10 minutos: tipo III (castaños con pieles intermedias).
-15 minutos: perfiles tipo IV (cabellos morenos con piel clara o amarronada que se broncea con facilidad).
-20 minutos: fototipo V (personas con pelo oscuro y piel morena natural) y fototipo VI (raza negra).
Cuando se convierte en tratamiento
Pero, a pesar de sus contraindicaciones, existen terapias en las que estas cabinas sí son recomendables. Algunas enfermedades como la psoriasis o la dermatitis atópica emplean el bronceado artificial como alivio para ciertos síntomas. La gran ventaja de la llamada fototerapia es su versatilidad para ser combinada con muchos otros tratamientos.
El desarrollo de la psoriasis se fundamenta en la llegada de células inflamatorias a la piel, condicionando rojez e inflamación, un aumento del grosor de la epidermis y la descamación. Los rayos ultravioleta tienen la propiedad de ralentizar estos efectos y de relajar la actividad de las células inflamatorias. El uso de cabinas de fototerapia para estos enfermos está indicado sobre todo para los casos moderados y severos